- Cerca de 30 jóvenes del Caquetá y Meta participaron en el taller de juventudes rurales de la FCDS y el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural.
- Durante el encuentro, los líderes juveniles conocieron los lineamientos de la Política Pública de Juventudes Rurales y le hicieron varias recomendaciones al Gobierno.
- En este espacio se pidió una mayor participación de los jóvenes rurales en los espacios de incidencia política, conformación de una red con los líderes veredales y garantías frente al acceso a la tierra.
Darwin Alexis García no tiene contemplado abandonar Bellavista, vereda del municipio caqueteño de San José del Fragua que lo vio nacer hace 18 años y donde se enamora cada vez más de la extrema biodiversidad amazónica.
En la finca Las Cascadas, sus padres le enseñaron desde muy niño a sembrar cacao, caucho y varios frutales. También le inculcaron un gran amor y respeto por la naturaleza, en especial por el bosque húmedo tropical.
“Yo vivo en un paraíso del Caquetá. Son pocas las personas que tienen el privilegio de ver a diario dos cascadas de aguas cristalinas rodeadas por un denso bosque y donde habitan animales como la danta, el jaguar y muchas aves”.
Este joven campesino sueña con convertirse en un líder social y ambiental del territorio, un trabajo para el que ya se está formando. Por ejemplo, hace dos años, cuando terminó el bachillerato, se vinculó en la plataforma municipal de juventud.
“La plataforma acoge a los jóvenes para capacitarlos y formarlos como líderes. El objetivo es que podamos tener voz y voto en las diferentes instancias de participación y que contemos con la capacidad de buscar y gestionar proyectos”.
Según Darwin, a través de esta iniciativa ha participado en varios talleres y reuniones que le permitieron vencer su extrema timidez. También participó en la ejecución de la semana de la juventud de San José del Fragua.
“Nos tocó formular un proyecto y se lo presentamos a la Alcaldía del municipio. Para la semana de la juventud, realizada entre el 12 y 16 de agosto de este año, nos dieron un presupuesto de aproximadamente nueve millones de pesos; fue una experiencia muy enriquecedora”.
Además de formarse como líder, Darwin estudia ingeniería de sistemas en una universidad virtual, le ayuda a su papá a sacar adelante el proyecto de ecoturismo de la finca Las Cascadas y está metido en el tema de la meliponicultura.
Para vivir del turismo de naturaleza, padre e hijo lideran recorridos ambientales por las dos cascadas de la finca y actualmente tienen 15 colmenas de abejas nativas sin aguijón que les permiten comercializar la miel y el polen.
“Por nada del mundo me iría de mi vereda, algo que ya hicieron varios de mis amigos para buscar un mejor futuro en la ciudad. Yo quiero hacer algo por mi territorio y por eso me estoy capacitando y estudiando”.
Encuentro de jóvenes rurales
Hace algunas semanas, un conocido de Agrosolidaria Florencia, una comunidad de productores y consumidores que comercializan productos amazónicos, le envió una invitación para que participara en un taller de juventudes rurales.
“Me dijo que el objetivo del taller era que los jóvenes rurales tuvieran nuevos conocimientos sobre los procesos de incidencia política, además de conocer los lineamientos de la Política Pública de Juventudes Rurales”.
Darwin confirmó inmediatamente su asistencia al taller, evento liderado por la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (FCDS) y el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural que se realizaría el 12 de diciembre en un hotel de Florencia.
“También estarían otras entidades como la Agencia Nacional de Tierras (ANT), la Gobernación del Caquetá y USAID. Lo que más me motivó fue conocer la política de juventudes rurales, algo que no sabía que existía”.
El día del taller, el joven líder ambiental y social madrugó más de lo normal. Debía hacer un largo viaje en moto desde la vereda Bellavista hasta Florencia, recorrido que duraría más de tres horas.
Hacia las nueve de la mañana, luego de dejar arreglando la moto en un taller, Darwin llegó al recinto vestido con un buzo que le hace promoción al proyecto ecoturístico de su familia con las imágenes de las dos cascadas y las abejas nativas sin aguijón.
Allí se encontró con cerca de 30 jóvenes rurales del Caquetá y Meta, habitantes de municipios como La Montañita, San José del Fragua, Cartagena del Chairá, San Vicente del Caguán, Curillo, Solita, Belén de los Andaquíes, El Doncello y La Macarena.
“Me puse muy contento al ver que otros jóvenes rurales también tienen un gran amor y compromiso con nuestro territorio. Todos hacemos parte de grupos o iniciativas que trabajan por el beneficio de las futuras generaciones”.
Juan Manuel Pinzón, asesor jurídico del programa de Medios de Vida Sostenibles de la FCDS, les dio la bienvenida y luego presentó una introducción sobre las principales temáticas que se iban a abordar en el taller.
Además de los lineamientos de la Política Pública de Juventudes Rurales, iban a conocer los avances de la Política Departamental de Juventudes y los espacios de concertación de la Reforma Agraria y Desarrollo Rural a nivel departamental y municipal.
“Van a tener la oportunidad de generar propuestas para optimizar la implementación de los lineamientos, es decir que sus voces serán escuchadas y tenidas en cuenta. Ustedes son los protagonistas de este encuentro”, dijo Pinzón.
Política de Juventudes Rurales
Camila Bohada, profesional del equipo de juventudes del Ministerio de Agricultura, fue la encargada de ahondar en la Política Pública de Juventudes Rurales, un documento que aún se encuentra en construcción por parte del Gobierno Nacional.
La intervención inició con varias cifras sobre la población juvenil en Colombia. Por ejemplo, de los más de 12,6 millones de jóvenes que hay en el país, un poco más de tres millones son rurales: 52,2% hombres y 47,7% mujeres.
Según el Departamento Nacional de Planeación, en 1950 el 58,3% de la población joven del país (14 a 28 años) vivía en la zona rural. En la actualidad, este panorama es del 23,6% debido al proceso de migración de la población rural a las ciudades.
Ante esto, según explicó Bohada, en 2023 el Ministerio de Agricultura creó el equipo de juventudes rurales y realizó un encuentro nacional de jóvenes del campo para empezar a construir una política pública.
“El año pasado realizamos despliegues territoriales con participación de jóvenes en sitios de La Guajira, Chocó, Nariño y Cesar, además de diálogos regionales vinculantes con organizaciones y plataformas de juventudes rurales”.
En 2024, el equipo de juventudes realizó encuentros territoriales con juventudes de Boyacá, Santander, Cundinamarca, Casanare, Huila, Caquetá, Cauca, Putumayo. Nariño, Cauca, Córdoba, Sucre, Bolívar, Atlántico, Magdalena, La Guajira y Cesar.
“Se promovió la participación de 360 jóvenes en todo el país como indígenas, firmantes del Acuerdo de Paz, afrodescendientes, víctimas del conflicto armado, madres jóvenes cabeza de familia, campesinos y de diversidades de género”.
En este ejercicio de formulación de lineamientos de la política de juventudes rurales, el Gobierno identificó varias de las problemáticas que viven a diario los jóvenes en el territorio, como la alta vulnerabilidad por dinámicas de conflicto armado y crimen organizado.
“También hay discriminación de las juventudes rurales por prejuicios de su identidad; desequilibrios ambientales; acceso limitado a la educación formal y propiedad de la tierra; desigualdades de género; y limitaciones en el acceso a recursos”.
Bohada presentó las cuatro líneas estratégicas de la Política Pública de Juventudes Rurales, un instrumento que el Gobierno espera formalizar durante el 2025 y el cual incluirá las voces del territorio.
“Para nadie es un secreto que una de las mayores problemáticas en el campo es la falta de garantías para el acceso a tierras de las comunidades, razón por la cual es una de las líneas estratégicas más importantes”.
La futura política también tendrá como ejes centrales el fomento a la asociatividad y financiamiento para las transformaciones productivas y territoriales rurales; y a procesos de innovación sobre transiciones ambientales, energéticas y agroecológicas sostenibles.
“La cuarta línea es el fortalecimiento de las estructuras organizacionales juveniles rurales. Es muy importante que conozcan esto porque todos ustedes hacen parte de grupos sociales y ambientales que trabajan por sus territorios”.
Más conocimientos
Los cerca de 30 jóvenes amazónicos también conocieron el Sistema Nacional de Reforma Agraria y Desarrollo Rural (SNRADR) y los diferentes espacios de participación que promueve el Gobierno.
La ANT y el Ministerio de Agricultura les explicaron que este sistema fue reglamentado por la Ley 160 desde 1994 y modificado por el actual Plan Nacional de Desarrollo, para servir como un marco legal que permitiera una redistribución más justa de la tierra.
“Es un mecanismo obligatorio de planeación, coordinación, ejecución, evaluación y seguimiento de la materialización de la reforma agraria y la reforma rural integral, desarrollando los mandatos del Acuerdo de Paz”.
Este sistema tiene como objetivo mejorar la calidad de vida, garantizar los derechos territoriales y los planes de vida de los trabajadores agrarios, campesinos, comunidades afrocolombianas, raizales, palenqueras y pueblos indígenas.
Varias instancias hacen parte del SNRADR, como los Consejos Seccionales de Desarrollo Agropecuario, Pesquero, Forestal, Comercial y Desarrollo Rural, el Comité Departamental de Desarrollo Rural y Reforma Agraria y los Consejos Municipales de Desarrollo Rural.
“También está conformado por ocho subsistemas liderados por el Ministerio de Agricultura en conjunto con otras entidades. Cada uno cuenta con atribuciones y objetivos propios, debidamente coordinados entre sí”.
Según las representantes de ambas entidades, las juventudes rurales tienen un gran papel en estos subsistemas. Por ejemplo, uno de ellos busca favorecer el acceso a tierras a personas jóvenes con identidades campesinas.
“Otro tiene como meta fortalecer la incidencia juvenil dentro de los escenarios de planeación de las formas de ordenamiento territorial campesina, a través de semilleros de liderazgos en territorialidades campesinas”.
Por su parte, profesionales de la Gobernación del Caquetá y del Programa Gobernabilidad Responsable de USAID, socializaron la Política Departamental de Juventudes “Manigua Joven”, la hoja de ruta para los jóvenes de este departamento amazónico.
“Queremos escuchar sus ideas y aportes relacionados con la juventud rural para así poder incluirlos en esta política antes de que sea aprobada bajo ordenanza. Le estamos haciendo varios ajustes a los lineamientos”.
Esta política departamental gira en torno a la participación e inclusión de instituciones sólidas; calidad y permanencia en la educación; cultura y deporte; empleabilidad y emprendimiento; salud; y garantías para la juventud rural con enfoque territorial”.
“El ideal es que ustedes nos ayuden a fortalecer estas líneas estratégicas. Las voces de los jóvenes rurales de la Amazonía son el verdadero espíritu de este instrumento que esperamos publicar el año entrante”.
Las voces de la juventud rural
La timidez no hace parte de los cerca de 30 jóvenes que participaron en el taller de juventudes rurales. Cada vez que terminaba una de las presentaciones de las entidades del Gobierno, levantaban la mano para intervenir o preguntar.
Para evitar demoras en las temáticas y que alguna de ellas no pudiera ser abordada, los líderes del encuentro les propusieron a los jóvenes un espacio en horas de la tarde para escuchar todas sus ideas, preguntas y aportes.
Juan Manuel Pinzón, jurista de la FCDS, lideró este espacio de retroalimentación y les preguntó a cada uno de los participantes sobre las principales lecciones del taller y cuáles son sus aportes a las futuras políticas de juventud.
“Como les dije al inicio del taller, el objetivo de este espacio iba mucho más allá de que conocieran estas políticas. Lo que más nos interesa es escucharlos y conocer sus aportes para que la juventud rural tenga un mejor futuro”.
Darwin García aseguró que este evento le permitió conocer que Colombia trabaja en una política para el beneficio de los jóvenes rurales y que cuenta con varias oportunidades para que saquen adelante sus iniciativas.
“Me gustaría que esta política contará con un grupo o plataforma conformada solo de jóvenes rurales de cada departamento. Esto nos garantizaría llegar a más espacios de incidencia ante el Estado y que los recursos lleguen a las zonas veredales”.
Este joven caqueteño también le recomendó al Gobierno una mayor presencia y trabajo en las veredas para incentivar a otros jóvenes. “Los proyectos se quedan en los cascos urbanos. Los jóvenes rurales también tenemos muchas iniciativas y ganas de trabajar por lo nuestro”.
Jean Carlos Villareal, un joven de 25 años que fue elegido como concejal del municipio de Solita, considera que la mayor lección que le dejó el taller fue trabajar de una forma colectiva con los demás jóvenes del departamento.
“Mis aportes a la política es que todas las convocatorias vayan directamente a los campesinos, es decir sin intermediarios, y mejorar la conectividad y desarrollo tecnológico en los territorios; queremos continuar con el legado de nuestros padres, pero de una manera más tecnificada”.
Yory Acuña, líder de la organización local “Caguán sin Fronteras” y miembro de la Mesa de Empleabilidad y Emprendimiento Juvenil Rural (MEEJR), manifestó que el taller les permitió unificarse como jóvenes rurales y hacer un solo llamado.
“Le apuntamos a hacer una incidencia política mancomunada para identificar las necesidades y brindar soluciones que generen cambios trascendentales desde la juventud rural. Desde San Vicente del Caguán estamos dispuestos a trabajar con las demás organizaciones”.
Respecto a la Política de Juventudes Rurales, la líder considera necesario ampliar el rango de edad de los jóvenes rurales, es decir que no solo vaya hasta los 28 años sino hasta los 35, debido a los diferentes ámbitos y contextos del territorio.
“De esta forma vamos a poder trabajar mejor desde las juventudes rurales para hacer inversiones, trabajo social y comunitario y generar ese cambio de economía y unificarnos en los territorios”.
Yurey Lozada, líder de la Asociación de Mujeres Rurales Agro Futuro (Asomurad) del municipio de Curillo, recalcó que la nueva política debe contar con una estrategia de educación para los niños rurales.
“Mi aporte fue crear una escuela de enseñanza para fomentar el liderazgo en los niños desde los 10 años. Nosotros somos líderes porque nos nace, pero creo que seríamos más si nos educaran en eso durante la niñez”.
Los jóvenes rurales expresaron que la política de juventudes debe consolidar una red departamental con los representantes de todas las asociaciones o grupos que trabajan por sacar adelante a sus territorios.
“Es necesario que todos los líderes nos conozcamos para trabajar en equipo. La política también debe hacer mucho énfasis en el acceso a la tierra de las comunidades campesinas, ya que la mayoría vivimos en zonas de Reserva Forestal de la Ley 2 de 1959”.
Aseguraron que muchos de los proyectos e iniciativas que tiene el Gobierno no son divulgados en las zonas rurales. “Por ejemplo, no sabemos qué pasó con la ejecución de los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET)”.
Otras temáticas abordadas por los participantes del taller fueron una mayor fomentación del deporte en la ruralidad, la financiación de proyectos productivos por parte de entidades como el SENA y una caracterización de todos los jóvenes que trabajan en el territorio.
“También necesitamos muchas capacitaciones en comunicaciones, tecnología y manejo de las redes sociales, además de asesoría para presentarnos a licitaciones o proyectos que tiene el Estado relacionados con la agricultura”.
Los jóvenes propusieron desarrollar espacios con los mayores para que el relevo generacional tome más fuerza y reconstruir la memoria histórica de los territorios a través de los ojos de la juventud.
“Nosotros también hemos sido víctimas del conflicto armado y podemos contar muchas historias. Además, consideramos que se debe fortalecer el trabajo que hacen las mujeres jóvenes y beneficiarlas con nuevos proyectos”.
El evento finalizó con una buena noticia por parte del abogado de la FCDS. “Tenemos contemplado realizar más talleres con ustedes para fomentar su liderazgo e identificar espacios y oportunidades de incidencia y construcción de redes para el desarrollo sostenible en sus territorios”.