Desde la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible –FCDS– expresamos nuestra solidaridad con la familia y los seres queridos del precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, quien fue víctima de un atentado el pasado 7 de junio en Bogotá. Extendemos también nuestra voz de apoyo a la sociedad colombiana en su conjunto, pues este hecho representa un golpe al anhelo colectivo de paz y tranquilidad.
La violencia política es una de las muchas crisis —junto con la climática, la degradación ambiental, las economías ilegales y la corrupción— que amenazan la democracia en todas sus formas: participativa, ambiental, local y territorial. Desde nuestro trabajo en la protección de la selva amazónica y sus comunidades, hemos sido testigos de cómo la violencia ha impactado gravemente a liderazgos sociales, políticos y ambientales; ha alterado los planes de vida de comunidades enteras; y ha puesto en riesgo territorios de enorme valor ecológico y cultural.
Por eso, estamos convencidos de que como sociedad tenemos la posibilidad —y la responsabilidad— de rechazar de forma colectiva cualquier expresión de violencia que pretenda silenciar ideas, derechos, voces. Creemos, además, que la conservación de la naturaleza y la construcción de paz deben ser un objetivo común. La violencia política no solo pone en riesgo a las personas y comunidades, sino también a los bosques y territorios que sostienen la vida y el bienestar colectivo.
Llamamos a proteger la vida en todas sus formas.