Publicado en: Elcolombiano.com
Los ojos del mundo están puestos en la Amazonia y en los 72.843 incendios que, según el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil, han devorado una cantidad hasta ahora indeterminada de hectáreas de selva y bosques nativos.
Lo que ocurre en ese país involucra a otras naciones como Colombia, que también tienen parte del denominado pulmón del mundo y, por esa razón, la pregunta que surge es ¿Qué se está haciendo para cuidar la parte que le corresponde a nuestro territorio?
En total son más de 483 mil kilómetros cuadrados, casi el territorio total de España, que comprenden los departamentos de Amazonas, Caquetá, Putumayo, Guainía, Guaviare, Meta, Vaupés y Vichada.
Actualmente toda esa zona tiene una orden de protección especial, sujeta a derechos, que la Corte Suprema de Justicia otorgó tras una tutela presentada por menores de edad, asesorados por la ONG Dejusticia, el año pasado, en la que se evidenció que el Estado no había enfrentado la problemática ambiental que tenía en riesgo esa extensión de tierra.
Valentina Rozo, investigadora de Dejusticia, una de las tutelantes, afirmó que los mandatos que dio la Corte en su sentencia (ver informe), no se han cumplido a cabalidad por parte del Gobierno y algunas entidades encargadas del cuidado del medio ambiente en esa región del país.
“En una de las órdenes que era crear un plan de acción por parte de la presidencia, lo que se hizo fue que a través de una directiva presidencial se le delegó el trabajo al Ministerio de Ambiente. Esa cartera hizo un documento al que le llamó Plan de Acción, pero que se basó en una estrategia que ya existía, no hubo nada nuevo”, reveló Valentina.
Agregó la investigadora que para las otras obligaciones impuestas, “tampoco se ha dado una respuesta positiva” como en la actualización de los Planes de Ordenamiento Territorial por parte de los municipios que están en la Amazonia. “A nosotros no nos volvieron a convocar, entonces, desde el cambio de gobierno solo tuvimos una reunión inicial con el Ministerio de Ambiente, pero desde entonces no hemos sido tenidos en cuenta para hacer parte del proceso, tal cual está ordenado por la Corte”.
Gobierno responde
La lucha contra la deforestación, que de hecho es una de las principales razones por las que se han facilitado las conflagraciones en Brasil, aseguran, ha sido una de las banderas del Gobierno para responder a la protección ordenada por la Corte a la Amazonia.
Desde el Ministerio del Medio Ambiente se confirmó, con base en datos del Ideam, que en esa región, la deforestación disminuyó (después de una década de crecimiento) en 5.971 hectáreas, pasando de 144.147 hectáreas deforestadas en 2017 a 138.176 en 2018.
“Frente a esto ofrecimos la realización de un proyecto conjunto entre Perú, Ecuador y Brasil para avanzar en la prevención de incendios forestales en el Amazonas, también la construcción de una agenda conjunta para hacerle frente a los efectos del cambio climático. Colombia está teniendo buenos resultados y por eso ofrecemos cooperación”, afirmó el ministro del Medio Ambiente, Ricardo Lozano.
A esto se le suma la operación Artemisa, en la que Fuerzas Armadas, Fiscalía y Ministerio de Medio Ambiente, buscan combatir la ilegalidad, implementar alternativas productivas, fortalecer la información para adjudicar tierras rurales y fortalecer el monitoreo permanente que permita anticipar amenazas, especialmente en la Amazonia.
Precisamente, el Ministerio de la Defensa detalló que en lo corrido de este año se han realizado 64 operaciones militares que han permitido incautaciones fauna y ha reforestado cerca de 136 mil unidades de flora, apoyado 55 operaciones de control de incendios forestales, así como la captura de 117 personas por delitos ambientales.
Para Rodrigo Botero, director de la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible, la situación en Colombia no es motivo de tranquilidad, y explica por qué.
“Colombia tiene un área muy pequeña de la Amazonia continental y para ese tamaño el volumen de deforestación es muy grande y está afectando áreas críticamente sensibles, porque son ecosistemas de gran biodiversidad, que no se conocen y que cumplen un papel ecológico fundamental”.
Este experto explica que también es vital cuidar las demás regiones que conectan con la Amazonia para tener una conectividad en el ecosistema.
“Es como en el cuerpo humano, necesitamos tener todo conectado. Si usted interrumpe el paso de sangre a una pierna, esta se gangrena y eso es lo que está pasando con esos ecosistemas: se están apretando puntos críticos de la circulación, en este caso de genes, especies y energía y esto puede generar la muerte en el largo plazo de la zona afectada”, concluye Botero.