- La docencia les ha brindado todo a Rubier Jiménez y Ana Lucía Mutis, habitantes del corregimiento El Capricho en San José del Guaviare.
- Se enamoraron hace dos décadas en su primer trabajo como profesores, él de ciencias naturales y ella de español. Al poco tiempo conformaron una familia con la llegada de sus dos hijas.
- En la institución educativa José Miguel López Calle de El Capricho siembran la semilla de la conservación del bosque en los estudiantes y lideran varias iniciativas ambientales.
- Nueva entrega de #CrónicasDelBosque de la FCDS en la #COP16Colombia, historias de las personas que lideran proyectos de forestería comunitaria.
El destino los unió hace 23 años en una escuela de Miraflores, municipio del departamento del Guaviare cubierto por los ríos voladores que nacen en los bosques húmedos de la Amazonia colombiana.
En la institución educativa, Rubier Jiménez fue contratado como docente de ciencias naturales y Ana Lucía Mutis de español. Desde que cruzaron sus miradas, evidenciaron que iban a pasar toda la vida juntos.
Los frutos del amor se materializaron en dos hermosas hijas, pequeñas que nacieron y se criaron en El Capricho, corregimiento de San José del Guaviare al que los profesores fueron trasladados dos años después de conocerse.
“Ya llevamos más de dos décadas trabajando en la institución educativa José Miguel López Calle de El Capricho, un plantel educativo donde los niños y jóvenes de la zona estudian su primaria y bachillerato”, asegura Rubier.
Ambos quedaron maravillados con un terreno de 120 hectáreas que tenía el colegio a unos pocos metros del predio donde están las aulas de clase, una tajada de selva visitada por guacamayas de todos los colores.
“Me contaron que Víctor Roldán, el fundador de El Capricho, le donó ese predio al colegio para que hiciera varios proyectos ambientales y agropecuarios con los estudiantes. A mí me encargaron liderar esa tarea”, dijo el profesor de ciencias naturales.
De las 120 hectáreas del lugar, aproximadamente 60 están conformadas por selva. Por la zona transitan varios indígenas nukak en busca de alimento y algunos campesinos que talan los árboles para aprovechar la madera.
“Uno de los primeros proyectos fue con el SENA, entidad con la que creamos técnicos agropecuarios y ambientales para los estudiantes de grados 10 y 11, jóvenes que hacen sus prácticas en los terrenos que fueron convertidos en potreros”, recuerda la pareja de esposos.
Rubier, Ana Lucía y otros docentes de la institución educativa le dieron vida a un vivero de especies nativas de la Amazonia, una guardería de árboles y arbustos que los estudiantes ayudan a fortalecer.
“Ellos traen las semillas de las fincas de sus familias y las propagamos en este vivero. Cuando las plantas alcanzan un tamaño adecuado, las plantamos en el bosque del colegio, algo que nos ha permitido enriquecerlo”.
¡A conocer el bosque!
A inicios de 2023, los profesores se reunieron con profesionales de la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (FCDS), organización que trabaja con los campesinos varias acciones de forestería comunitaria del programa de Medios de Vida Sostenibles.
“Nos contaron que una línea del programa era de desarrollo de capacidades, es decir que podíamos formular un proyecto para que los estudiantes de la institución conozcan y protejan el bosque”.
Rubier, Ana Lucía y la docente Nelly López le dieron vida a “Conozcamos y protejamos nuestros bosques”, una iniciativa que, como su nombre lo indica, tiene como objetivo que los niños y jóvenes aprendan a conservar este recurso natural.
“El proyecto consiste en generar estrategias para el reconocimiento y conservación de la flora y fauna presentes en el bosque con los estudiantes de los grados quinto y octavo. Para esto propusimos hacer varios talleres”, informó Ana Lucía.
Según los docentes, el primer taller fue una sensibilización y apropiación de la realidad y contexto ambiental, social y territorial del Guaviare y la Amazonia, una clase que contó con el apoyo y asesoría de expertos de la FCDS.
El segundo taller, dictado por varios periodistas de la fundación, fue sobre los principales métodos para contar historias a través del dibujo. En esta jornada, los estudiantes primero contaron cómo es la biodiversidad de su territorio.
“La FCDS también realizó talleres sobre la elaboración de un herbario de la flora amazónica y de conceptos básicos para la toma de fotografía, audios y videos, enseñanzas que los estudiantes aplicaron en el bosque del colegio”.
La fundación le hizo entrega a la institución educativa de insumos como cámaras fotográficas y papelería para que pudieran hacer los dibujos y relatos de los bosques, además del herbario amazónico.
“Con todos los productos que hicieron los estudiantes, la FCDS le dará vida a un libro que quedará en la biblioteca de la institución. Fue un proyecto muy bonito donde los niños y jóvenes aprendieron mucho sobre el bosque”.
Los sonidos del bosque
A comienzos de este año, a Rubier y Ana Lucía les llegó una nueva propuesta: participar en el monitoreo acústico pasivo de la biodiversidad de la FCDS y el Instituto Humboldt en varios predios del Guaviare.
El proyecto consistía en instalar 38 equipos de grabación o audiopolillas en 15 fincas campesinas donde marchan las iniciativas de forestería comunitaria para así conocer los sonidos de la fauna silvestre.
“Siempre hemos querido conocer los animales que habitan o transitan en el bosque de la institución educativa. Por eso aceptamos encantados la propuesta de participar en este monitoreo acústico, un estudio que va a arrojar la información que desconocemos”.
La FCDS y el Instituto Humboldt, en compañía de los dos docentes, instalaron dos grabadoras en la granja de la escuela de El Capricho: una en medio del bosque ripario y otra en una zona donde se desarrollan los proyectos ambientales.
En los 15 predios que participaron en este proyecto, las 38 audiopolillas grabaron 43.000 archivos de audio en coberturas vegetales como bosques, sistemas agroforestales y pastizales, material donde las aves fueron las grandes protagonistas.
“En el 18% de las 724 horas de grabación hay aves vocalizando. Hemos identificado 286 posibles especies de aves, de las cuales 48 ya fueron verificadas; la más representativa fue el tucán silbador”, informaron la FCDS y el Humboldt.
Otras aves que fueron registradas durante el proyecto fueron el saltarín coroniazul, guardabosques gritón, panguana, soledad, guacamaya bandera, chancha, bienparado, guaco y bujío.
“La FCDS nos va a entregar toda la información de los sonidos de las aves registradas en el bosque de la institución educativa, material que vamos a socializar con nuestros estudiantes para que conozcan estos tesoros de la naturaleza”, puntualizaron los docentes.
La primera fase de este proyecto evidenció que en las zonas con iniciativas de forestería comunitaria, como lo son los sistemas agroforestales, se están registrando aves más relacionadas con las coberturas boscosas.
“Esto demuestra que la forestería comunitaria sí es exitosa en términos de biodiversidad. El objetivo es seguir instalando las audiopolillas en diferentes condiciones climáticas para seguir analizando los datos”, aseguró la FCDS.
Forestería comunitaria en la COP16
La Conferencia de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica (COP) es el espacio de discusión y negociación más importante del Convenio sobre la Diversidad (CDB) Biológica de las Naciones Unidas.
Este año, entre el 21 de octubre y el 1 de noviembre, la ciudad de Cali será el escenario de la COP16, un encuentro donde se realizará la primera evaluación de las 23 metas del Marco Global de Biodiversidad Kunming-Montreal.
A través de programas como el de forestería comunitaria, el cual busca promover el uso sostenible de la biodiversidad, Colombia avanza en el cumplimiento de varias metas del plan de acción nacional de biodiversidad de dicho Marco.
- Meta 2: garantizar que para 2030 al menos un 30 % de las zonas de ecosistemas terrestres degradados estén siendo objeto de una restauración efectiva.
- Meta 9: proporcionar beneficios sociales, económicos y ambientales a las personas que más dependen de la biodiversidad mediante actividades, productos y servicios sostenibles basados en la biodiversidad.
- Meta 10: garantizar que las superficies dedicadas a la agricultura, acuicultura, pesca y silvicultura se gestionen de manera sostenible a través de la utilización sostenible de la diversidad biológica.
- Meta 11: restaurar, mantener y mejorar las contribuciones de la naturaleza a las personas mediante soluciones basadas en la naturaleza o enfoques basados en los ecosistemas.
- Meta 16: garantizar que se aliente y apoye a las personas para que elijan opciones de consumo sostenible.
- Meta 22: garantizar la participación y representación plena, equitativa, inclusiva, efectiva y con perspectiva de género de los pueblos indígenas y las comunidades locales en la toma de decisiones.
- Meta 23: garantizar la igualdad de género en la implementación del Marco mediante un enfoque con perspectiva de género en el cual todas las mujeres y las niñas tengan igualdad de oportunidades y capacidad para contribuir a los tres objetivos del Convenio.