- Un informe de la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (FCDS), que ya fue entregado a los ministerios de Ambiente y Transporte, reveló la riqueza en fauna del Guaviare que está en riesgo por la construcción de vías.
- A través de muestreos, cámaras trampa y recorridos se analizó la biodiversidad que hay alrededor de cuatro vías en este departamento amazónico, sitios cada vez más acorralados por la deforestación.
- El estudio arrojó la presencia de 255 especies de mamíferos y aves, 12 de ellas clasificadas en alguna categoría de amenaza.
- Este insumo hace parte del “Piloto de implementación de los lineamientos de Infraestructura Verde Vial” adelantado por la FCDS con el apoyo financiero de la Fundación Gordon y Betty Moore.
Las más de 5,5 millones de hectáreas del departamento de Guaviare resguardan una manifestación única de biodiversidad en sus diferentes ecosistemas, como bosques húmedos tropicales, sabanas, afloramientos rocosos como los enigmáticos tepuyes y ríos multicolores.
Según el Instituto Sinchi, este territorio, que combina biomas de Amazonia, Orinoquia y Andes alberga más de 2.100 especies de flora (38 endémicas) y 1.140 de fauna, entre mariposas, peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos.
El Sistema de Información de Biodiversidad para Colombia (SiB) reporta para Guaviare 3.544 especies además de 47.447 registros biológicos, una riqueza que se nutre cada vez más por las constantes expediciones que lideran los expertos por territorios que aún no han sido del todo explorados.
Sin embargo, estos tesoros biodiversos tienen una carrera contra reloj por los estragos de la deforestación, flagelo que basa su accionar en motores como el acaparamiento de tierras, la ganadería extensiva, los cultivos ilícitos y la minería y el desarrollo vial ilegales.
Guaviare, junto a Caquetá y Meta, son los tres departamentos más apetecidos por la deforestación en Colombia. Aunque el acaparamiento y la ganadería son considerados los principales motores que impulsan la destrucción de los bosques, otro enemigo está ganando terreno.
Se trata de la apertura, ampliación y mejoramiento de vías, desarrollos que eliminan los bosques primarios para establecer pasturas. Por ejemplo, el 90% de la deforestación en estos corredores viales se genera dentro de sus cinco primeros kilómetros.
Según estudios de la Fundación para la Conservación y Desarrollo Sostenible (FCDS), basados en análisis a documentos como el Plan Vial Departamental del Guaviare, este departamento cuenta con un total de 3.240,71 kilómetros de vías.
“Diversos tipos de vías se construyen en forma permanente para conectar los espacios deforestados con los centros poblados y tener acceso a servicios sociales y de atención del Estado”, cita uno de los insumos del estudio de FCDS.
Ante este panorama, la FCDS y la Fundación Gordon y Betty Moore unieron esfuerzos para crear un “Piloto de implementación de los lineamientos de Infraestructura Verde Vial”, un robusto documento que les fue entregado a los Ministerios de Ambiente y Transporte.
Cuatro vías priorizadas
Uno de los insumos de este piloto fue un estudio de monitoreo de fauna y flora que se realiza como parte de la implementación del Enfoque de Intervención Temprana (EIT), y que también se realiza con base en el modelamiento de corredores de conectividad ecológica a escala subregional o local.
“El mayor impacto ambiental de las carreteras es la fragmentación de ecosistemas. Por eso, el gran reto es el mantenimiento de la conectividad ecosistémica por medio de corredores de coberturas naturales y transformadas”, cita la fundación en el documento.
Cuatro vías del Guaviare fueron seleccionadas para identificar la diversidad de especies:
– San José del Guaviare-El Retorno-Calamar
– San José del Guaviare-Puerto Cachicamo
– San José del Guaviare-Charras (trocha ganadera)
y San José del Guaviare-Nuevo Tolima-La Carpa-Puerto Arturo (perimetral de La Lindosa).
El estudio explica que se delimitó un área de influencia mediante un buffer de cinco kilómetros a los lados de estos ejes viales. “Dentro de cada área se identificaron fragmentos de bosque mayores a 30 hectáreas y que tuvieran alguna conectividad estructural entre sí y fueran interceptados por la vía”.
Los expertos seleccionaron 28 puntos de muestreo en fragmentos de bosque dentro de las áreas de influencia definidas para cada una de las vías, sitios donde no existían registros de presencia reportados en otros estudios y donde los propietarios permitieron el análisis.
También se muestrearon 45 puntos con posibles sitios de cruce de fauna asociados a los fragmentos de bosque, donde se instalaron estaciones de huellas para registrar las especies que pudieran cruzar las vías o hacer uso de puentes, pontones, box culvert y alcantarillas.
Sumado a esto se instalaron ocho puntos de muestreo complementarios en bosques continuos asociados a las áreas núcleo de conservación regional, como Parques Nacionales Naturales, Reservas Naturales y resguardos indígenas.
A buscar la biodiversidad
La fundación utilizó cuatro métodos de muestreo para registrar la fauna presente en los alrededores de estas vías del Guaviare: cámaras trampa, estaciones de huella, recorridos de búsqueda y observación y entrevistas no estructuradas.
“Ninguno de estos métodos implicó la captura o manipulación de las especies. Estas técnicas de campo no invasivas son apropiadas para este tipo de estudios pues no interfieren en el comportamiento natural de los animales”, recalcó Maryi Serrano, Coordinadora de Ordenamiento Territorial de la FCDS.
Los muestreos fueron realizados entre noviembre y diciembre de 2020, un ejercicio en el que participó la empresa consultora JAM Ingeniería que estaba realizando un estudio en algunas de las vías analizadas.
En las actividades de campo participaron 17 personas: seis investigadores y 11 auxiliares, estos últimos personas de la región que aportaron su conocimiento tradicional y fueron capacitados en las técnicas de muestreo.
En total se instalaron 35 cámaras de fototrampeo que permanecieron activas durante un mes. Entre tanto, para observar las huellas, senderos, madrigueras, cuevas, rasguños, comederos, excrementos y dormideros de los animales, se establecieron varias estaciones de huellas.
“En cada estación de huellas se construyeron dos huelleros (uno a cada lado de la vía), de tal forma que hubiera alta probabilidad de registrar a los animales que cruzan ocasional o permanentemente la vía”, explicó Serrano.
Estas trampas de huellas consisten en disponer en el suelo un área de un metro cuadrado donde se elimina toda la vegetación y se prepara el sustrato para que cualquier huella quede impresa de manera clara. “Todas las trampas de huellas contaron con un techo plástico sostenido por cuerdas para evitar que el sustrato fuera alterado por las lluvias. Fueron revisadas diariamente durante un mes, tomando fotografías de las huellas que aparecían impresas”, recalca el estudio.
Los expertos recorrieron a pie varias zonas aledañas a las cuatro vías para registrar la observación ocasional y rastros de las especies, caminatas que se realizaron en horas de la mañana y tarde con binoculares y cámaras fotográficas.
El estudio dice que en los predios cercanos a los bosques evaluados se realizaron entrevistas no estructuradas a las personas residentes o propietarios que tuvieran algún conocimiento de la fauna silvestre que se encuentra en la región.
Reinan las aves
Luego de sistematizar la información recopilada, se generó una base de datos con 2.008 registros de las cámaras de fototrampeo, recorridos de observación, estaciones de huellas y entrevistas no estructuradas.
“El paso a seguir fue analizar todos los registros en conjunto y los sitios de muestreo por separado, es decir puntos en fragmentos de bosque vs. sitios de cruce de fauna vs. puntos regionales”, dijo Serrano.
En las zonas evaluadas en estas cuatro vías del Guaviare se registraron 255 especies de fauna: 194 de aves, 48 de mamíferos y 13 de reptiles. Se identificaron 12 especies clasificadas en alguna categoría de amenaza y cuatro migratorias.
De acuerdo con el estudio, las aves cantoras, del orden Passeriformes, aportaron la mayor cantidad de especies, 81 en total. Estas aves son consumidoras especialistas de frutos, por lo cual promueven la dispersión de semillas y regeneran los bosques.
El análisis identificó 21 especies de rapaces, aves que por su dieta carnívora se encuentran en el tope de la cadena trófica. Las garzas, con nueve especies registradas, son bastante representativas de la región.
En el estudio se explica que algunas especies de garzas forman congregaciones numerosas en época reproductiva, conocidas como “garceros”. Estas aves se ubican generalmente a orillas de los cuerpos de agua lénticos.
14 especies de guacamayas, pericos y loras fueron registradas cerca de las vías. Algunas de ellas pueden llegar a formar grupos numerosos reunidos en sitios de dormida y en sitios de alimentación, donde consumen frutos y semillas.
Los animales enigmáticos
De las 48 especies de mamíferos registradas, los carnívoros fueron los de mayor diversidad (13 en total. También sobresalieron los primates, con observaciones o muestreos de 10 de las 12 especies que habitan el Guaviare.
“Registramos primates como churuco, araguato, ocay, tití, mico maicero y mico cariblanco. Por sus hábitos arborícolas y su dieta frugívora y omnívora, los primates juegan un papel importante en la dispersión de semillas de árboles”, destacó Serrano.
El jaguar y el puma, felinos misteriosos de la Amazonia colombiana, también aparecieron durante el análisis. Según la experta, el estudio identificó otras 11 especies de mamíferos depredadores, como zorros, mapaches y nutrias. En las cámaras trampa captamos al tigrillo y ulamá.
En los muestreos fueron registrados venados, marranos de monte, armadillos y chaquetos, estos últimos mamíferos comunes y abundantes que tuvieron la mayor cantidad de registros de presencia.
En cuanto a reptiles, a pesar de que no obtuvieron registros representativos debido a que se requieren técnicas de muestreo especiales, fueron observados caimanes, lagartos, serpientes y tortugas.
En cuanto a los cachirres y babillas, el estudio dice que son los más comunes y están asociados a los cuerpos de agua, como caños, ríos, lagunas y madreviejas. También se encontraron especies como iguana, mato, culebras y serpientes.
Las 12 especies en categoría de amenaza y cuatro migratorias registradas durante los muestreos incluyen al águila pescadora, paujil negro (Vulnerable), tucán, perro de agua (En Peligro), delfín rosado (En Peligro), amarillo gigante (En Peligro), danta, oso palmero (Vulnerable) y marimba (Vulnerable).
Los hábitats
Los expertos analizaron tres tipos de coberturas en los alrededores de las cuatro vías: fragmentos de bosque dentro de los cinco kilómetros determinados, los bosques continuos conectados a las grandes áreas núcleo y los sitios de cruce de fauna.
“La diversidad de fauna es mayor en los bosques continuos, sitios donde registramos 223 especies (87% del total). En los fragmentos de bosque identificamos 127 especies y en los sitios de cruce de fauna 29 especies”.
El estudio concluyó que las vías efectivamente se comportan como barreras para la movilidad de la fauna silvestre. “En los sitios más cercanos de las vías solamente se registró el 11% del total de especies, lo cual se relaciona con los bajos índices de diversidad estimados allí”.
En cuanto a los ecosistemas boscosos, el análisis determinó que la mayor riqueza de fauna se concentró en los bosques de tierra firme. En el área piloto, esta cobertura abarcó el 72% y albergó 184 especies.
“El bosque de tierra firme se caracteriza por tener un dosel continuo, árboles de gran porte con alturas de 20 a 25 metros, bajo grado de epifitismo y en zonas sin procesos de inundación periódicos”.
En la vegetación secundaria (2,4% del piloto), frentes de regeneración natural y de recuperación, se registraron 120 especies, como colibríes, trogones, frugívoros, primates y marsupiales.
102 especies fueron observadas en el bosque inundable, ecosistemas que permanecen a lo largo de los drenajes; 81 especies en el bosque fragmentado; y 53 especies en la vegetación natural no arbórea (herbazales y arbustales)”.
“Los pastos y áreas agrícolas, zonas predominantes en proximidades a las cuatro vías priorizadas, solo registraron 14 especies, evidencia que denota el rechazo que tiene la fauna silvestre hacia ellas”.
Los animales cercanos de las vías
En los muestreos con las estaciones de huellas y encuentros ocasionales en los sitios más cercanos de las vías, como los cruces de fauna, fueron registradas 44 especies (24 mamíferos, 11 aves y nueve reptiles).
Aves como la guacamaya roja y el gavilán suelen observarse con alguna frecuencia al borde de las vías, ya sea perchadas en la infraestructura asociada como las líneas de transmisión eléctrica, los postes de alumbrado o las cercas de alambre.
“Estas especies encuentran algún recurso alimentario en las coberturas al borde de las vías, como son los frutos de palmas para las guacamayas y otras especies de loros y pericos, llegando a conformar allí numerosas aglomeraciones”, dice el estudio.
Esta cercanía genera algo de riesgo de atropellamiento para las aves, en especial cuando bajan al suelo a aprovechar algún recurso presente. “Otro riesgo es el contacto con las líneas de conducción eléctrica, ya que puede presentarse contacto entre los cables y sus alas”, comentó Serrano.
Entre los mamíferos más observados en inmediaciones de las vías están los armadillos, chuchas, puerco espín, lapa, chaqueto y ardillas, animales asociados a algunas obras de ingeniería como puentes, pontones, box culvert y alcantarillas.
“Primates como el tití, ocay y maicero se observaron en sitios donde las vías cruzan drenajes principales (caños y ríos) y la cobertura predominante es el bosque inundable. Las copas de los árboles se entrecruzan sobre las vías y por eso los primates suelen desplazarse”.
Sin embargo, cuando estas condiciones no están dadas los primates descienden al piso y atraviesan la vía. “En estos sitios es necesaria la implementación de pasos de fauna arbórea para evitar y mitigar los posibles atropellamientos”, recalcó Serrano.
A los expertos les llamó la atención los registros de mamíferos de tamaño mediano y grande como la danta, saíno, cafuche, chigüiro, tigrillo, oso palmero, oso hormiguero y gato pardo por sitios cercanos de las vías.
“Estas especies suelen evitar lugares desprovistos de vegetación arbórea. Sin embargo, cuando las vías transcurren a través de estas coberturas, pueden cruzarlas. Sería recomendable acondicionar las obras hidráulicas de tipo puente o pontón para facilitar su paso”, explicó Serrano.
En la vía San José-Calamar se registraron perezosos, especies muy crípticas y miméticas que permanecen casi inmóviles en las copas altas de los árboles. “Pero a veces se aproximan a la infraestructura asociada en las vías y por eso sufren accidentes con las líneas eléctricas”, dice el estudio
En los drenajes de la Trocha Ganadera (San José del Guaviare) y la vía San José-Puerto Cachicamo se observaron nutrias y perros de agua. “Esto no es normal, ya que habitan en cuerpos de agua con bosques riparios; posiblemente aparecieron por la cercanía del matadero del Capricho, donde arrojan los desechos al caño y atraen a los mamíferos”, explica el estudio.