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- 50 familias campesinas del corregimiento El Capricho y la inspección La Carpa, en San José del Guaviare, recibieron luz verde para trabajar en sus iniciativas de bosques productivos.
- Los nuevos guardianes de la selva escogieron líneas como sistemas agroforestales, enriquecimiento y recuperación natural del bosque, corredores productivos, paisajes turísticos, transformación de productos y abejas nativas.
- En Guaviare, el programa de forestería comunitaria de la FCDS suma 233 iniciativas comunitarias que protegen cerca de 4.000 hectáreas de bosque vecino de Chiribiquete.
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En agosto de este año, la Fundación para la Conservación y Desarrollo Sostenible (FCDS) lanzó una nueva convocatoria para que los campesinos del departamento de Guaviare desarrollen alternativas de manejo sostenible de los bosques.
En dos reuniones realizadas en el corregimiento de El Capricho y la inspección de La Carpa, en San José del Guaviare, 71 familias campesinas formularon proyectos de bosques productivos con el objetivo de ingresar al programa de forestería comunitaria.
Estos habitantes del núcleo Guayabero escogieron líneas de trabajo como sistemas agroforestales, corredores productivos, abejas nativas, transformación de productos, paisajes turísticos, recuperación natural y enriquecimiento del bosque.
Los 71 proyectos fueron evaluados por la FCDS, el programa Amazonia Mía, el Gobierno de Noruega, la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Norte y el Oriente Amazónico (CDA) y las asociaciones comunitarias Asocapricho, Coomagua y Asocarpa.
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“Calificamos criterios habilitantes como presencia de bosque y nacimientos de agua en las fincas, conectividad ecológica, asociatividad y liderazgo de mujeres y jóvenes”, informó Raúl Gómez, coordinador del programa de forestería comunitaria de la FCDS en Guaviare.
La evaluación arrojó como resultado las 50 mejores iniciativas de bosques productivos en varias veredas del corregimiento El Capricho y la inspección de La Carpa, las cuales recibirán insumos, acompañamiento técnico permanente, asesoría y capacitación para pasar del papel a la realidad.
Las familias campesinas que recibieron luz verde para desarrollar sus nuevos proyectos se reunieron en días pasados con la FCDS para firmar las actas de compromiso. Los rostros de los habitantes de Guaviare expresaban felicidad, emoción y en algunos casos nervios.
En 2024, los guardianes de la selva desarrollarán las siguientes iniciativas:
– 15 de recuperación natural del bosque
– 14 de sistemas agroforestales
– 11 de corredores productivos
– Seis de abejas nativas
– Dos de paisajes turísticos
– Una de transformación de productos y
– Una de enriquecimiento.
“Estamos muy contentos por la vinculación de estas 50 familias campesinas en nuestro programa de forestería comunitaria en Guaviare, el cual busca consolidar un corredor de conectividad entre la Serranía de Chiribiquete y la Sierra de La Macarena”, dijo Gómez.
Departamento pionero
El programa de forestería comunitaria de la FCDS nació hace más de cinco años en el departamento de Guaviare con la vinculación de aproximadamente 90 familias campesinas, la mayoría del corregimiento de El Capricho.
Con las personas que acaban de firmar sus actas de compromiso, hoy en día la fundación, con el apoyo financiero del Gobierno de Noruega y el programa Amazonia Mía, trabaja con 233 familias que trabajan en sus proyectos de bosques productivos
“Guaviare es el departamento pionero en forestería comunitaria. Nuestros usuarios protegen cerca de 4.000 hectáreas de bosque que rodean la Serranía de Chiribiquete a través de la firma de acuerdos de conservación”, aseguró Gómez.
Varios de estos bosques avanzan en el manejo forestal sostenible. Según el coordinador de la FCDS, ya se lograron algunos permisos para el aprovechamiento de las palmas de seje y asaí. “Al año van a aprovechar más de 3.000 toneladas de estos frutos para hacer aceites y pulpas”.
El programa de forestería en Guaviare de la fundación ha montado 10 viveros comunitarios. Cuatro de estos ya fueron certificados y tienen el registro del ICA para poder comercializar el material vegetal.
“El objetivo es que otras personas se sumen al proceso de conservación, restauración y reconversión productiva a través del establecimiento de nuevos bosques y la protección de los bosques y el agua”, mencionó Gómez.
Las familias que trabajan en la línea de abejas nativas suman actualmente 30 colmenas y han generado corredores de conectividad al unir los parches de bosque, sitios donde la fauna se puede movilizar.
“Varios usuarios trabajan en proyectos productivos familiares y asociativos. Por ejemplo, Coomagua (cooperativa multiactiva familias del Chiribiquete) tiene personería jurídica y da sus primeros pasos para el aprovechamiento sostenible de seje y asaí”, indicó Gómez.
¡A vivir de los frutos del bosque!
Yuly Aguirre, una campesina de La Dorada (Caldas), llegó hace 19 años al Guaviare siguiendo los pasos de una amiga. “Ella me dijo que había mucho trabajo y plata por la economía que movía el cultivo de la coca”, cuenta.
Trabajó varios años como raspachín en la inspección de La Carpa, es decir limpiar el monte para sembrar coca. Allí conoció al amor de su vida y luego de casarse la pareja se organizó en una finca de la vereda Caño Dorado.
“Tenemos dos hermosas hijas. En la finca reemplazamos la coca por la ganadería, pero mi verdadera pasión es la cocina, especialmente transformar los alimentos en productos novedosos”.
Yury se aventuró a experimentar con varios de los frutos amazónicos que veía en el bosque de la finca. “Empecé a hacer vinagretas con algunos de los frutos. Se las dí a probar a unos turistas y les gustaron mucho”.
El proyecto fue madurando con la ayuda de su esposo. La pareja comenzó a transformar copoazú, asaí, borojó, chontaduro, arazá y cocona en mermeladas y hace ocho meses le dieron vida al emprendimiento Sabores Rupestres.
“Yo me encargo de la transformación de las mermeladas y mi esposo me ayudó a diseñar el logo y la marca de los productos. Luego de la capacitación de un chef, decidí agregarle ají amazónico a las mermeladas, material que proviene de un resguardo indígena”.
La caldense postuló su emprendimiento como una de las futuras iniciativas de bosques productivos de la FCDS. “Sabía que con la ayuda de los profesionales de la fundación iba a poder mejorar mis mermeladas”.
El proyecto que formuló para la fundación está enfocado en mejorar las mermeladas y hacer otros transformados como tortas y galletas. “Tenía mucha fe de que la FCDS aprobara mi iniciativa”.
Yuly no se equivocó. Estuvo entre las 50 iniciativas aprobadas hace pocas semanas. “Estoy muy contenta porque voy a recibir insumos y capacitación para mejorar la transformación de los productos del bosque. Me comprometí a conservar la selva que sobrevive en la finca”.
Según la emprendedora, cumplió el sueño de ser parte del programa de forestería comunitaria. “Estoy muy feliz porque inicié sola y ahora tendré mucho más apoyo para mejorar mi emprendimiento. A futuro quiero darles empleo a muchas mujeres y jóvenes de la región”.
Nuevos hogares para las abejas
Luis Guillermo Fuentes, que vive con su esposa en una finca de la vereda Las Orquídeas, es un zootecnista que lleva una década fomentando la conservación y recuperación del bosque amazónico en Guaviare.
“Quiero demostrarle a la comunidad que la ganadería no es la única alternativa y que sí es posible producir sosteniblemente y generar recursos económicos conservando los bosques”.
Este guaviarense sueña con reverdecer aún más su finca, la cual alberga varios nacimientos de agua. “Por eso formulé una iniciativa para ingresar al programa de forestería comunitaria de la FCDS: enriquecer el bosque para proteger a las abejas nativas sin aguijón o meliponas”.
El proyecto de abejas nativas, el cual se basa en recuperar el bosque y poder comercializar la miel y el polén a futuro, fue uno de los 50 aprobados en el corregimiento de El Capricho y la inspección de La Carpa.
“Estoy muy agradecido con la FCDS por darme la oportunidad de trabajar en este proyecto. A través de la meliponicultura, voy a recuperar un bosque de mi finca que se había degradado y les brindaré nuevos hogares a los grandes polinizadores del mundo; sin abejas no hay plantas”.
Luz Mery Sarmiento, habitante de la vereda El Rosal, también recibió el visto bueno para trabajar en la meliponicultura. “Voy a darles hogar a las abejas nativas en varias colmenas y ellas se encargarán de polinizar las plantas que conformarán mi futuro bosque”.
Esta campesina que viste camisetas con frases ambientales quiere convertir su finca en un atractivo turístico. “Sueño con verla llena de bosque, animales y abejas. Sin la selva no vamos a tener agua, aire puro ni vida”.
Futuros atractivos ecoturísticos
Jackson Vaca y Leidy Calzada sueñan con convertir su finca Aguas Claras, ubicada en la vereda Las Orquídeas, en un proyecto de turismo de naturaleza.
“Más de 32 hectáreas de la finca tienen selva virgen con nacimientos de agua y muchos animales silvestres. Nuestros tres hijos viven felices en medio del bosque”.
Los esposos formularon un proyecto de paisajes turísticos para ser parte del programa de forestería comunitaria de la FCDS. “Queremos que todo el mundo conozca este paraíso del Guaviare”.
Según la pareja, la finca cuenta con todo el potencial para ser uno de los atractivos ecoturísticos del departamento. “Además de bosque, fuentes hídricas y un raudal, tiene presencia de animales como el águila arpía, pantera, leoncillo y muchas aves”.
La FCDS escogió a Aguas Claras como uno de los 50 nuevos proyectos de bosques productivos en Guaviare. “Estamos muy contentos porque le vamos a mostrar al mundo la belleza de esta tierra. La fundación nos capacitará para convertirnos en empresarios de turismo de naturaleza”.
La Primavera, la finca que tiene Emiliano Ayala en la vereda El Rosal, también se convertirá en un proyecto de turismo de naturaleza.
“Mi terreno es visitado por muchos animales silvestres, como micos, zainos, lapas y chaquetos. También tiene varios caños de aguas cristalinas y casitas de rocas donde habita la fauna”.
Con esta nueva iniciativa del programa de forestería comunitaria de la FCDS, Emiliano les contará a los turistas la historia del Guaviare. “Quiero que se enamoren de este departamento habitado por personas muy luchadoras que ahora estamos conservando el bosque”.