- La Fundación para la Conservación y Desarrollo Sostenible (FCDS) realizó el primer taller de derechos territoriales de los campesinos en esta zona selvática del departamento del Caquetá.
- Los presidentes de las Juntas de Acción Comunal de las 17 veredas del núcleo 1 del Bajo Caguán y varios representantes de los comités agrarios veredales, participaron en este encuentro que giró en torno a la reforma rural integral del punto 1 del Acuerdo de Paz firmado con las FARC.
- Amazonia Mía, socio del programa de forestería comunitaria de la Fundación, hizo un ejercicio de identificación de las necesidades de fortalecimiento con los miembros de la asociación campesina Acaiconucacha.
Las playas y bancos de arena abundan por estos días en el río Caguán, una serpiente carmelita de 630 kilómetros que zigzaguea por los bosques húmedos de los municipios de Cartagena del Chairá y San Vicente del Caguán en Caquetá.
Las tortugas terecay salen de sus refugios selváticos para asolear sus caparazones en estos sitios de colores blancos y amarillos. Miles de mariposas revolotean alrededor de los cuerpos de los reptiles y se posan en sus cabezas para alimentarse de la sal de sus lágrimas.
Los conductores de las lanchas, chalupas y planchones que transitan por el imponente cuerpo de agua amazónico, hacen maniobras para no quedar atrapados en las montañas arenosas que aparecen durante la época de verano.
“Hay que conocer muy bien el río para navegarlo. Cuando sus aguas bajan por la sequía aparecen los bancos de arena y es fácil quedar encallado. Todo indica que el verano será muy fuerte en lo que resta del año”, dijo Mojojoy, un caqueteño que maneja una de las lanchas.
Bajo un sol inclemente y una temperatura que superó los 30 grados centígrados, tres embarcaciones llegaron al muelle de Santo Domingo, una de las 17 veredas que conforman el núcleo 1 del Bajo Caguán, la zona más apartada de Cartagena del Chairá.
Los presidentes de las Juntas de Acción Comunal de las veredas y varios miembros de los comités agrarios veredales se bajaron de las lanchas y fueron hacia una de las viviendas del caserío. Todos se limpiaban el sudor de sus rostros con bayetillas y trapos.
“Nos invitaron a participar en un taller sobre los derechos que tenemos los campesinos para acceder a la tierra. El Sol no iba a impedir que asistiéramos porque es un tema que a todos nos interesa”, aseguró Jaime Manquillo, coordinador de la asociación Acaiconucacha.
Futuros voceros
Luego de refrescar la boca y la garganta con alguna de las bebidas que vende Tiberio Páez en su tienda, la más conocida de Santo Domingo, los más de 30 líderes campesinos ingresaron a un lugar que funciona como gallera los fines de semana.
Profesionales de la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (FCDS) los esperaban para dar inicio al primer taller de derechos territoriales en el Bajo Caguán, uno de los sitios donde avanza el programa de forestería comunitaria.
Varias carteleras pegadas en las paredes del recinto de madera revelaban las temáticas que serían abordadas: la reforma rural integral del punto 1 del Acuerdo de Paz firmado entre el Gobierno Nacional y la guerrilla de las FARC.
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“Los presidentes de las juntas del Bajo Caguán acordaron que este sería el primer tema debíamos ahondar en los talleres de derechos territoriales que vamos a realizar en Caquetá y Guaviare”, precisó Emilio Rodríguez, coordinador de Medios de Vida Sostenible de la FCDS.
La primera actividad fue conocer qué tanto conocen los campesinos del Bajo Caguán a las entidades que tienen a su cargo temas como el acceso y la tenencia de la tierra.
Los participantes se dividieron en varios grupos. A cada uno se le asignó una de las entidades, como los ministerios de Agricultura y Ambiente, IGAC, Agencia Nacional de Tierras, Unidad de Restitución de Tierras y Banco Agrario.
“El objetivo de estos talleres es que los campesinos conozcan a qué entidad deben acudir para tratar los temas relacionados con los derechos de la tierra y así consolidar voceros que se encarguen de tocar esas puertas”, afirmó Pinzón.
Terminada esta actividad, Angarita tomó la vocería para profundizar en la reforma rural integral, la cual busca transformar las condiciones actuales del campo colombiano estableciendo principalmente medidas para lograr el acceso y la formalización de las tierras.
La abogada abordó varios componentes del punto 1 del acuerdo, como las medidas de acceso a la tierra; los Planes de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET); el cierre de la frontera agrícola; la jurisdicción agraria; la titulación; los mecanismos de resolución de conflictos; y la formalización y actualización del catastro.
“Las temáticas que más les interesaron a los líderes campesinos del Bajo Caguán fueron la titulación y la formalización de la tierra. También quieren conocer a fondo qué ha pasado con la implementación del PDET de Cartagena de Chairá”.
Liderazgo femenino
La intervención de María Juliana Gómez giró en torno a la equidad de género, tema que es protagonista en el punto 1 del Acuerdo de Paz. La experta explicó el rol de varias entidades del Gobierno en esta materia.
“La Agencia Nacional de Tierras debe priorizar a las mujeres en los procesos de acceso a la tierra, como formalización y adjudicación, además de atender de manera preferencial los casos de mujeres jefas de hogar o en estado de desprotección”.
En el caso de la Unidad de Restitución de Tierras, Gómez informó que debe implementar un programa de acceso especial a las mujeres y atender de forma prioritaria cuando la persona solicitante es una mujer.
La mayoría de los más de 30 campesinos que participaron en el taller eran hombres y las pocas mujeres presentes poco se aventuraron a alzar su voz. Para la experta, esto indica que el machismo se impone en el territorio.
“En varias zonas rurales del país, la mujer es vista únicamente como la encargada del hogar y de la crianza de los hijos. Por eso, en el Bajo Caguán vamos a hacer un fuerte trabajo para que las mujeres sean líderes del territorio”.
Lein Jamioy Hurtado, presidenta de la junta de la vereda Brasilia, fue una de las mujeres que más participó durante el desarrollo del taller; no se dejó intimidar cuando algunos de los hombres intentaron silenciar su voz.
“En el territorio muchas mujeres tienen una baja autoestima por la vida que llevan. En este taller comprendimos que somos muy valiosas y tenemos una gran participación en el Acuerdo de Paz. Como lideresa seguiré luchando para que se garanticen los derechos de las mujeres”.
Para la abogada Angarita, que el 80% de los participantes en el taller fueran hombres es una señal de alarma. “Es evidente que se debe fortalecer el papel de las mujeres, tanto mayores como jóvenes. Por eso, la FCDS le apuesta a consolidar un liderazgo femenino en la zona”.
Balance positivo
Al finalizar las charlas, los líderes del núcleo 1 del Bajo Caguán escribieron en carteleras lo que pensaban sobre los 10 principales principios de la reforma rural integral del punto 1 del Acuerdo de Paz.
Por ejemplo, respecto al desarrollo rural del campo, los campesinos expresaron que es un principio que busca aumentar la participación del campesinado en la toma de decisiones; y el de igualdad y enfoque de género lo relacionaron con un trato igualitario para hombres y mujeres.
Otras frases que escribieron fueron “garantizar la alimentación a los campesinos”; “tener en cuenta la opinión de las comunidades”; “escuchar las propuestas del campesinado”; “valorar el rol de la mujer”; y “derecho a un territorio digno”.
Para los profesionales de la FCDS, el primer taller de derechos territoriales en el Bajo Caguán dejó un balance positivo por la constante participación y gran interés que tienen los campesinos en los temas relacionados con el acceso a la tierra.
“Nuestro ideal es generar esas vocerías específicas en los campesinos para que hagan interlocuciones con las entidades correspondientes. La FCDS les ayudará como puente y les brindará asesoría”.
Jaime Manquillo, líder comunitario del Bajo Caguán, quedó satisfecho con lo aprendido en el taller. “Los campesinos necesitamos de capacitaciones para poder ir a las entidades del estado a reclamar nuestros derechos. Con estos talleres de la FCDS lo vamos a lograr”.
Según Manquillo, todos los líderes de la región están muy interesados en conocer, aprender y saber cuáles son los derechos territoriales. “De esta forma vamos a poder exigirle al Estado y así mejorar nuestra calidad de vida”.
A mediados de noviembre, la fundación tiene contemplado realizar el segundo taller en el Bajo Caguán. “Los líderes escogieron como temáticas la titulación y formalización de tierras y el seguimiento a la implementación del PDET de Cartagena del Chairá”, concluyó Rodríguez.
Fortalecimiento de Acaiconucacha
En 2017, varios líderes del Bajo Caguán conformaron la Asociación Campesina Integral Comunitaria del Núcleo 1 de Cartagena del Chairá (Acaiconucacha), la cual busca mejorar la situación de los habitantes de esta región estigmatizada por el conflicto armado.
Acaiconucacha ha sido fundamental en el programa de forestería comunitaria de la FCDS en Caquetá. La asociación se encarga de convocar a los campesinos para que participen en esta estrategia que busca aprovechar el bosque de una manera sostenible.
Por eso, la fundación realiza constantes capacitaciones y reuniones con los líderes de la organización para que mejoren y se fortalezcan. La más reciente vino por parte de Amazonia Mía, uno de los aliados del programa de forestería.
Durante el taller de derechos territoriales, Isabel Rodríguez, profesional de Amazonia Mía, se reunió con los líderes de la asociación.
“Aplicamos la técnica Valoración del Estado Organizacional (VEO), la cual consiste en ver la organización como una casa basada en pilares como negocios y servicios; gerencia y administración; desarrollo humano; patrimonio; y participación y democracia”.
Los miembros de Acaiconucacha se dividieron en grupos y cada uno profundizó sobre el estado actual de alguno de los cinco pilares.
En negocios y servicios, la asociación informó que cuentan con un vivero para comercializar plántulas. “Sin embargo, aseguraron que no tienen los recursos financieros necesarios para consolidar el negocio”.
Afirmaron que hay una buena relación entre todos los asociados, pero que la participación de la mujer es mínima. “También faltan programas que beneficien a los jóvenes y niños”.
Según la profesional de Amazonia Mía, con la información recopilada durante el taller se consolidará el plan de fortalecimiento de Acaiconucacha. “Volveremos al territorio con la FCDS para socializar los resultados de la Valoración del Estado Organizacional”.