- 15 líderes ambientales de tres organizaciones campesinas del Meta, Caquetá y Antioquia participaron en la gira de fortalecimiento de capacidades en medios de vida sostenibles de la FCDS.
- Durante una semana, estos guardianes del bosque recibieron varios talleres teórico-prácticos y conocieron proyectos exitosos en Florencia, escenarios que les permitieron intercambiar experiencias.
- Nueva entrega de #CrónicasDelBosque de la FCDS en la #COP16Colombia, historias de las personas que lideran proyectos de forestería comunitaria.
Una algarabía paisa puso fin a la calma que se vivía en una de las salas de espera del Puente Aéreo de Bogotá. Las conversaciones dicharacheras de cinco antioqueños, la mayoría nacidos en el municipio de Segovia, llamó la atención de los demás pasajeros.
El rostro de Paola Orrego, una joven delgada de 21 años con un cabello crespo que le llega hasta el final de la espalda y la única mujer del grupo, expresaba una mezcla de emoción y miedo. Y no era para menos: se trataba de su primera visita a tierras amazónicas.
“Todo esto es nuevo para mí”, dijo con un tono de voz elevado. “Me subí por primera vez a un avión, primero de Medellín a Bogotá, y ahora seguiré en otro pájaro metálico hasta Florencia en Caquetá, donde dicen que hace un calor húmedo que me pondrá más chuta”.
Cuando unas personas uniformadas con chaquetas azules y el logo de la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (FCDS) ingresaron a la fría e inmaculada sala de espera, la bulla de los segovianos subió sus decibeles.
Marlon David Galeano, un hombre alto, moreno y fornido que lidera al grupo, abrazó con fuerza a María Jimena Neira, profesional social de la FCDS. “Desde que fue a Segovia no nos veíamos. Nos tenía medio abandonados…mentiras”.
Los ojos de los cinco segovianos se tornaron más expresivos cuando escucharon la voz de Daniela Velásquez, ingeniera ambiental de la FCDS. “Siempre dará alegría encontrarse con un paisa. A donde lleguemos, marcamos la diferencia”, expresó Marlon.
La razón de este encuentro no era una coincidencia. Marlon Galeano, Paola Orrego, Juan Dionisio Bustamante, Joser Klisman Jaramillo y Wilfran Daniel López estaban entre los invitados a la gira de fortalecimiento de capacidades en medios de vida sostenibles de la FCDS.
“Nosotros hacemos parte de Ecoserranía, una asociación de campesinos que trabaja varias líneas de forestería comunitaria en Segovia. Nuestro fuerte es el aprovechamiento de productos maderables del bosque; Corantioquia ya nos autorizó dos concesiones”, mencionó el líder paisa.
Pero no estarían solos. En la gira también participarían la Asociación de Mujeres Campesinas Ambientalistas de La Cristalina del Losada por sus Derechos (ASMUCACD) y la Corporación para el Desarrollo Sustentable del Piedemonte Andino Amazónico (CORDESPA).
“El objetivo de esta gira es que intercambien experiencias entre las tres organizaciones”, dijo María Jimena. “¡Melo! Estamos seguros que vamos a aprender mucho y hacer nuevas amistades. Esta será una gran experiencia”, le respondió Marlon.
El viaje de Bogotá a Florencia duró un poco menos de una hora. Minutos antes de aterrizar, cuando el avión atravesó por una densa nube y se sacudió fuerte, un grito de Paola despertó a los pasajeros que dormían plácidamente en sus sillas.
“¡Qué sacudón tan feo!”, le dijo la joven a Marlon en medio de fuertes carcajadas. “Me imagino que grabó con el celular toda mi reacción y el aterrizaje del avión para subirlo en las redes”.
La comisión de Segovia llegó al hotel justo antes de que el Sol se ocultara por el horizonte. Allí los esperaban los 10 campesinos y líderes ambientales de las otras dos organizaciones: ASMUCACD del Meta y CORDESPA de Belén de los Andaquíes (Caquetá).
Luego de desempacar el equipaje y cambiarse de ropa, todos los participantes de la gira bajaron al primer piso del hotel para cenar. La timidez gobernaba el ambiente y cada grupo se sentó en una mesa aparte.
Marlon se presentó y rompió un poco el hielo. Pero el cansancio de los campesinos (algunos llevaban todo el día viajando por tierra) era más que evidente y el cuerpo les pedía descanso y sueño. “Mañana los voy a hacer hablar a todos”.
Los guardianes del bosque
La gira de fortalecimiento de capacidades en medios de vida sostenibles de la FCDS empezó el lunes 6 de mayo a las ocho de la mañana en uno de los salones del hotel, un recinto congelado por el aire acondicionado.
Los 15 líderes ambientales, vestidos con los uniformes de sus asociaciones, repitieron la organización de la noche pasada, es decir cada una por aparte. Mientras empezaba la actividad, dialogaron entre ellos.
La algarabía no era exclusiva de los miembros de Ecoserranía. Lina Pastrana, María Eugenia Muñetón, Yisela Rodríguez y Sandra Pinzón, cuatro mujeres que representaron a ASMUCACD, le tomaban del pelo a Alejandro Gutiérrez, un joven con tatuajes de vacas y caballos en sus brazos.
“Yo soy hijo de una de las socias de ASMUCACD. Ya he compartido varios escenarios con las demás mujeres y por eso estoy acostumbrado a sus bromas; no me molesta que me digan bebé. Me gustan mucho el campo y por eso me tatué varios animales y estudio zootecnia”.
El grupo de CORDESPA, conformado por Edwin García, Diomedes Calderón, Fermín Tenorio, Rosendo Gómez y Jaime Cifuentes, era el más callado. La mayoría son campesinos mayores que prefieren ser cautelosos antes de hablar.
Lorenzo Vargas, coordinador regional de la FCDS en Caquetá, tomó la vocería para instalar oficialmente la gira, una actividad que hace parte del proyecto de fortalecimiento de organizaciones indígenas y campesinas de la Fundación y el Fondo Noruego para los Derechos Humanos (FNDH).
“En esta gira van a conocer varias de las líneas que maneja la coordinación de Medios de Vida Sostenibles de la FCDS. El objetivo es hacer un intercambio de experiencias entre cada una de las organizaciones y fortalecer más sus conocimientos técnicos”.
El turno fue para las presentaciones de las tres organizaciones. La primera fue ASMUCACD, una asociación de más de 60 mujeres campesinas de La Cristalina del Losada en Meta que fueron víctimas del conflicto armado y se unieron para trabajar en proyectos ambientales.
“Desde 2016, año en el que nos constituimos como asociación, hemos logrado sacar adelante varios proyectos. Por ejemplo, con el FNDH fortalecemos nuestra soberanía alimentaria a través de huertas caseras libres de químicos”.
Estas mujeres también plantan árboles en zonas deforestadas y tienen experiencia en la transformación de productos como quesos, arequipes y yogures. “Tenemos viveros y estamos trabajando en un proyecto de más de 20 bombas de agua sumergibles en las huertas; somos mujeres constructoras de paz”.
Marlon Galeano y Paola Orrego fueron los encargados de contar la experiencia de Ecoserranía, una asociación conformada por 35 socios de más de 20 familias campesinas de Segovia, un municipio antioqueño conocido por la minería de aluvión.
“Trabajamos por el buen vivir de las comunidades y le apostamos a la legalidad y la sostenibilidad. Nuestro objetivo es conservar y aprovechar sosteniblemente los bosques húmedos de la Serranía de San Lucas, una zona que limita con el departamento de Bolívar”.
Según los líderes ambientales paisas, desde 2018 Ecoserranía conserva un gran tajada de de bosque bajo un modelo de forestería comunitaria. “Además, contamos con dos resoluciones que nos dieron luz verde para el aprovechamiento de especies maderables”.
La asociación ha vendido de forma legal varios bloques de madera de abarco, una especie que abunda en su bosque. “También hacemos artesanías con esa madera. Queremos demostrar que conservar el bosque no significa no tocarlo; hay que aprovecharlo sosteniblemente”.
Edwin García presentó un resumen de los más de 10 años que lleva CORDESPA trabajando en varios proyectos de gobernanza ambiental, restauración ecológica y ordenamiento predial con la comunidad campesina de Belén de los Andaquíes, el municipio verde de Caquetá.
“Trabajamos en un área de aproximadamente 12.000 hectáreas que hace parte de la cuenca hidrográfica del río Sarabando. La corporación nació cuando siete profesionales ambientales decidimos unirnos para trabajar por los campesinos y los recursos naturales”.
Según García, el gran potencial de CORDESPA es la caracterización predial en las fincas de 60 campesinos. “Hay que conocer lo que tenemos para poder tomar medidas correctivas. Las fincas de los socios están todas caracterizadas por recursos naturales y actividades productivas”.
El trabajo de esta corporación caqueteña ha arrojado indicadores económicos y de sostenibilidad, memorandos de entendimiento para garantizar la seguridad alimentaria y un plan predial participativo. “Con esto estamos demostrando que la ganadería no es tan rentable como se piensa”.
Día 1: género y aprovechamiento del bosque
Las presentaciones de cada una de las organizaciones rompieron la timidez de los 15 líderes ambientales. En el break de la mañana intercambiaron las experiencias vividas en estos territorios de Antioquia, Caquetá y Meta.
Natalia Gómez, profesional de la FCDS, fue la encargada de iniciar los talleres de la gira de medios de vida sostenibles. Su misión era poner a hablar a los campesinos sobre el enfoque de género.
Los participantes se dividieron en dos grupos. Uno tenía sobre la mesa un juego de cocina de color rosado y el otro varios carros azules. “El grupo rosado va a escribir en estas hojas las principales características de las mujeres y el azul las de los hombres”, dijo Natalia.
Amigables, honestos, autoritarios, trabajadores y copartidarios fueron algunas de las palabras escritas por el grupo azul. Por su parte, el grupo rosado nombró palabras como inteligentes, trabajadoras, virtuosas, empoderadas, emprendedoras y creativas.
“De esto se trata el género: roles, comportamientos, actividades y atributos que una sociedad considera apropiados para los hombres y mujeres. Son imaginarios que construimos alrededor de la idea sobre lo que debe ser un hombre y una mujer”, apuntó la profesional de la FCDS.
Los campesinos contaron varias experiencias personales sobre el tema de género. Por ejemplo, las mujeres de ASMUCACD manifestaron que todas venían de familias machistas donde la mujer solo es vista como la encargada del hogar y los hijos.
“Esa cultura hace parte de nosotras. Por ejemplo, a mí no me gusta que mi hija juegue fútbol o yoyo porque son actividades de los hombres. Sé que suena feo, pero así me educaron”, dijo Lina Pastrana.
Los paisas de Ecoserranía afirmaron que la cultura del machismo hace parte del diario vivir en el territorio. “En algunos casos las mujeres son más machistas que los hombres. Por ejemplo, se oponen a hacer actividades más relacionadas con el trabajo tradicional del hombre”.
Los hombres mayores de CORDESPA apuntaron que el uso de la tierra siempre ha estado en cabeza del género masculino. “Las mujeres no están presentes en los espacios de toma de decisiones, algo que con nuestra corporación estamos tratando de romper”.
Natalia mencionó las líneas de acción que maneja la FCDS para la incorporación del enfoque de género, como el empoderamiento comunitario en el ejercicio pleno de los derechos de las mujeres a la tierra.
“Debemos garantizar el derecho de las mujeres y hombres a participar en igualdad de condiciones. Por eso, propiciamos de manera intencional la participación de las mujeres en los espacios para que se tomen la palabra y cuenten sus necesidades, inquietudes y propuestas”.
Las mujeres de ASMUCACD aseguraron que el trabajo de la asociación está rompiendo con las barreras del machismo. “Trabajamos para que se reconozcan las actividades de economía del cuidado que realizamos las mujeres, algo que la FCDS también hace”.
En horas de la tarde, la FCDS realizó el segundo taller teórico de la gira de medios de vida sostenibles. Durante más de dos horas, los profesionales Jefferson Cediel y Viviana González hablaron sobre el aprovechamiento sostenible del bosque que realiza la Fundación.
La charla inició con los productos maderables del bosque, es decir aquellos que se derivan directamente de la madera u otros componentes de los árboles y se utilizan para una gran variedad de propósitos.
Jefferson presentó un resumen de la normatividad forestal vigente en Colombia, las clases de aprovechamiento forestal (únicos, persistentes, domésticos y árboles aislados) y los diferentes tipos de plantaciones forestales.
Un tema que llamó la atención de los campesinos fue la trazabilidad de la cadena forestal vs. la legalidad, donde el profesional de la FCDS explicó fases como el trámite ambiental, plan de manejo, inventario forestal, movilización y destino final.
El líder de Ecoserranía, organización con bastante experiencia en el aprovechamiento de productos maderables, levantó su mano y dijo que en Antioquia hay varios permisos y salvoconductos para movilizar madera, pero nadie ve lo que está pasando en el bosque.
“Hay mucha falta de seguimiento de lo que hacen en los bosques y además el 90% de la madera que se produce en Colombia es ilegal. Tenemos un largo camino por recorrer para que las comunidades aprovechen sosteniblemente el bosque de una manera legal”.
Esta charla también ahondó en los productos forestales no maderables, es decir los recursos que se obtienen de los bosques y que tienen un valor económico, ambiental, científico o cultural.
“Algunos de los ejemplos más representativos de estos productos no maderables incluyen frutas silvestres, hongos comestibles, plantas medicinales, resinas, aceites esenciales, miel y fibras vegetales”, aseguró Jefferson.
Las tres organizaciones están interesadas en trabajar este tipo de aprovechamientos forestales. Para esto, el profesional de la FCDS les informó que la mejor opción es asociarse para la puesta en marcha de los inventarios.
“17 juntas de acción comunal en el Bajo Caguán se asociaron y van por buen camino en su inventario forestal. Los procesos comunitarios permiten fortalecer el manejo sostenible de los bosques”.
Viviana González, ingeniera de alimentos de la FCDS, continuó el taller con una presentación sobre las experiencias de transformación de productos no maderables del bosque que realiza la Fundación en Guaviare y Caquetá.
“Trabajamos en el fortalecimiento técnico, comercial y organizacional de las familias campesinas interesadas en desarrollar emprendimientos con los productos de la forestería comunitaria”.
La profesional explicó que en el fortalecimiento técnico se realizan estudios del producto, sondeo de mercado, rediseño, plan de mejora y evaluación y seguimiento. “En lo comercial participamos en ferias locales y regionales, ruedas de negocios, alianzas estratégicas y cadenas productivas”.
Uno de los casos más exitosos es el de la Cooperativa Multiactiva Familias del Chiribiquete (Coomagua), 97 familias del Guaviare que ya cuentan con los permisos ambientales para cosechar y transformar el seje y asaí en pulpa y aceite.
“Coomagua ya logró realizar la primera cosecha y transformación con el seje, un piloto que arrojó como resultado aceite y pulpa de esta fruta que esperan comercializar en las ferias locales”.
El cierre del primer taller fue una muestra gastronómica de varios productos no maderables del bosque, como galletas, mermeladas, jaleas y aceite elaborados con frutos como asaí, seje, arazá, chontaduro y borojó.
“Soy una mujer que ama la buena comida. Nunca había tenido la oportunidad de probar estos manjares amazónicos y la verdad quedé muy sorprendida con su sabor”, mencionó la paisa Paola Orrego al final del día.
Día 2 (parte 1): planificación predial y viveros
El martes 7 de mayo, los 15 campesinos de las tres organizaciones regresaron al salón del hotel para continuar conociendo las diferentes experiencias de medios de vida sostenibles que trabaja la FCDS en la Amazonia.
Marlon Galeano, el líder de Ecoserranía, pronunció una frase que les sacó risas a sus compañeros. “Menos mal hay estación de tinto porque hoy tenemos cuatro talleres de corrido. Será beber café para espantar el sueño”.
El primer taller de la jornada fue de planificación predial y estuvo a cargo de Catalina Montejo y Jose Sánchez, profesionales de la FCDS en Caquetá. A través de gráficos, mapas y tablas, los participantes se sumergieron en este tema.
“La planificación predial es el primer paso para cualquier tipo de proyecto. Por ejemplo, nos permite identificar lo que hay en las fincas para luego tomar decisiones, proponer e incluso monitorear”, dijo Jose.
Los profesionales recalcaron que la dedicación y esfuerzo de cada una de las familias es lo más importante en este ejercicio. “En la FCDS intentamos que todo el núcleo familiar participe en las diferentes etapas, como diagnóstico, planeación, implementación y verificación”.
Catalina y Jose aseguraron que la caracterización veredal es muy importante en la elaboración de los inventarios forestales: permite dibujar el croquis de la vereda, construir una línea histórica de tiempo y los calendarios productivos.
“El diagnóstico predial nos permite conocer la historia de cada una de las familias, los proyectos rezagados o exitosos y los problemas por el conflicto armado. Es una herramienta que arroja la realidad del predio”.
Edwin García, líder de CORDESPA, hizo algunas preguntas sobre la planificación predial de la FCDS relacionadas con el uso de tecnología. Sánchez le contestó que todas esas dudas serían resultas en un taller en campo que se llevaría a cabo el día jueves.
“Les vamos a enseñar a manejar diferentes aplicaciones que utilizamos para trabajar en la planificación predial, las cuales no necesitan de plan de datos o internet y son sencillas de manejar para la comunidad”.
Duverney Casanova tuvo a su cargo el segundo taller del día: viveros comunitarios, manejo de semillas y sistemas de riego. Con un lenguaje sencillo e historias de los hombres solitarios del Caquetá, el profesional se ganó la atención de los participantes.
“Un vivero comunitario es una estrategia que permite iniciar y consolidar procesos participativos y a su vez se constituye en una alternativa productiva y económica. En territorio, la mayoría de viveros son liderados por mujeres”.
Según Duverney, la puesta en marcha de un vivero requiere de tres fases: trabajo comunitario, recolección de semillas y establecimiento. “La organización comunitaria no puede ser aislada. Un vivero necesita de la participación activa de personas para beneficiar a la comunidad”.
Las cuatro mujeres de ASMUCACD, al igual que el joven zootecnista que las acompaña, escribirían al pie de la letra todo lo que decía el profesional. Su emoción llegó al tope cuando el profesional empezó a hablar de la recolección y manejo de semillas.
“Aprendimos que las fuentes semilleras son los árboles dominantes y frondosos con floración, y que el manejo de las semillas tiene fases como la cosecha de frutos maduros, introducción es baldes o costales, abrir agujeros en recipientes y la limpieza de la semilla”.
Duverney también explicó detalladamente los diferentes aspectos que se deben tener en cuenta para el montaje de un vivero, como las características del terreno, tierra y agua disponible, ubicación y la estructura.
Cuando informó que la producción y comercialización de material vegetal de propagación en viveros requiere de un registro por parte del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), los rostros de los participantes evidenciaron angustia.
“No es para asustarse. Por ejemplo, la FCDS se encargó de apoyar el registro de cuatro viveros en Guaviare que hoy en día están certificados por el ICA para comercializar el material. El objetivo es asesorarlos a ustedes para que trabajen de una manera legal”.
La curiosidad de las organizaciones campesinas se alborotó durante el taller de viveros. Hicieron varias preguntas relacionadas sobre la resolución del ICA, la cantidad de especies que debe tener un vivero y la certificación de las semillas.
“Hay que tener muy claro la especies con las que quieren trabajar para que todas queden certificadas. En cuanto a la certificación de las semillas es un proceso distinto, ya que se debe hacer otro trámite ante la autoridad ambiental competente”.
Día 2 (parte 2): meliponicultura, derechos territoriales y vías
“Hoy se van a enamorar de las abejas y conocerán la hermosa historia de amor que hay entre estos polinizadores y las plantas”. Esta fue la primera frase que pronunció Ary Campo, biólogo de la FCDS, para empezar con su taller de meliponicultura.
“Mi charla será sobre las abejas nativas sin aguijón del bosque, el verdadero oro de la Amazonia. En Colombia hay registradas 175 especies de estos polinizadores, pero seguramente son más porque han sido poco estudiadas”.
Las palabras y carisma del biólogo captaron la atención de todos los participantes. Las charlas y ronroneos internos, distracciones o mensajes por celular llegaron a su fin y todos pusieron sus ojos en la presentación.
“La línea de meliponicultura de la FCDS trabaja en la cría, conservación y producción de abejas nativas sin aguijón en zonas de los departamentos del Guaviare y Caquetá, actividades que requieren de licencias por parte de las autoridades ambientales”.
Según Campo, la Fundación acaba de hacer historia. Gracias a su asesoría y capacitación, nueve licencias en fase experimental fueron autorizadas por Corpoamazonia (ocho en el Bajo Caguán, Caquetá) y una por la CDA (una licencia para 11 productores en Guaviare).
“Es la primera vez que la CDA emite licencias de meliponicultura. El objetivo en el mediano plazo es lograr tramitar las licencias en fase comercial para que los campesinos puedan comercializar la miel, polen y propóleo de forma legal”.
El biólogo informó varios aspectos sobre las abejas nativas sin aguijón, como que se pueden criar en solares y jardines y no representan riesgo para las personas o animales. “El cuidado de las colmenas puede realizarse fácilmente por cualquier miembro de la familia”.
El costo de implementación, según contó el experto, es muy bajo en comparación con cualquier otra actividad productiva. “Los productos de la colmena son altamente valorizados y fortalecen la economía y la soberanía alimentaria”.
Ary mencionó un dato que les abrió los ojos a sus aplicados alumnos: por cada hectárea de bosque deforestada pueden desaparecer hasta cinco nidos de abejas nativas. “Por eso, su cría puede reducir la deforestación de la Amazonia al promover un modelo de aprovechamiento sustentable del bosque”.
A través de imágenes, Campo mostró cómo se realiza el proceso de rescate de abejas nativas en los bosques de Caquetá y Guaviare, además del mantenimiento de un meliponario. Las fotos y videos dejaron perplejas a las asociaciones campesinas.
“Quedamos muy entusiasmados con la charla de meliponicultura. En los bosques de Segovia hemos visto varios de estos insectos, pero no sabemos la especie o si no tienen aguijón. Este es uno de los proyectos que queremos trabajar con la FCDS”, dijo Marlon de Ecoserranía.
La tarde del segundo día de la gira de medios de vida sostenible fue para los derechos territoriales e Infraestructura Verde Vial, talleres que estuvieron a cargo de los profesionales de la fundación Juan Manuel Pinzón y Camilo Rodríguez.
Para que no se durmieran por los efectos del almuerzo y el calor, Pinzón cambió de puesto a los asistentes y les hizo preguntas como: ¿todos tenemos los mismos derechos? ¿Qué quiere decir que existan derechos patrimoniales? ¿Para qué sirven los derechos que no se usan?
Durante varios minutos, los 15 campesinos conversaron sobre el concepto de territorio y las líneas de acción que maneja la FCDS respecto a los derechos territoriales y la seguridad jurídica de la comunidad sobre la tierra.
“Con los campesinos de Guaviare y Caquetá estamos trabajando en temas como las principales apuestas del Plan Nacional de Desarrollo; la Reforma Rural Integral del punto 1 del Acuerdo Final de Paz; y el campesinado como sujeto de derechos constitucional”, dijo Pinzón.
Las tres organizaciones campesinas escogieron ahondar sobre las principales temáticas de la Reforma Rural Integral, como las medidas de acceso a la tierra, el Fondo de Tierras, las Zonas de Reserva Campesina y la formalización masiva de la propiedad.
“El conflicto armado en Colombia tiene su raíz en el acceso a la tierra. Como organizaciones campesinas estamos muy interesadas en conocer muy bien cuáles son nuestros derechos y por eso estuvimos muy atentos en este taller”, dijeron los hombres de CORDESPA.
Pinzón mencionó algunos de los planes de la Reforma Rural Integral, como vivienda digna, infraestructura de riego y vías, y los mecanismos de acceso a tierras (subsidio integral, crédito especial y asignación a derechos de uso).
“También hablamos sobre la resolución de conflictos y el Catastro Multipropósito, un mecanismo que busca la desconcentración de la propiedad rural, el uso adecuado, productivo y sostenible de la tierra y el incremento del recaudo efectivo de los municipios e inversión social”, mencionó el abogado de la FCDS.
El líder de Ecoserranía manifestó que otros de los grandes aprendizajes de este taller fueron la zonificación ambiental participativa para frenar la frontera agrícola, “un flagelo que ha afectado mucho a los bosques de la Serranía de San Lucas”.
Camilo Rodríguez cerró el segundo día de la gira con una charla sobre los Lineamientos de Infraestructura Verde Vial (LIVV) y vías terciarias. A pesar del cansancio de la jornada, las tres organizaciones estuvieron atentas a las temáticas abordadas.
“Hablamos de la importancia de incorporar elementos ambientales, sociales, tecnológicos y de la ingeniería en las vías para así evitar, mitigar o corregir impactos ambientales y obtener un balance ambiental positivo”, dijo el profesional.
Además de conocer los principales LIVV, los 15 campesinos aprendieron sobre el Enfoque de Intervención Temprana (EIT) que aplica la FCDS en territorio, el cual aborda temáticas como ordenamiento territorial, corredores de conectividad ecológica y conglomerados.
“Realizamos un piloto en una de las vías del Guaviare que arrojó mucha información y experiencias que les pueden servir. Al final de la charla les voy a pasar los enlaces para que descarguen los insumos”.
Aunque Camilo mencionó varias de las soluciones de ingeniería verde en las vías terciarias, enfatizó que lo más adecuado era verlas en campo. “Por eso tenemos agendada una visita a una vía los próximos días”.
Al finalizar la jornada, los cinco miembros de CORDESPA se reunieron con Rodríguez para ampliar el tema de vías terciarias e Infraestructura Verde Vial, un tema que, según ellos, necesita de bastante trabajo en Belén de los Andaquíes.
“Las vías son una de las principales dificultades que tiene la comunidad del Alto Sarabando. Camilo nos dio información muy valiosa con la que vamos a darle vida a un proyecto de gestores viales comunitarios”, informó el líder de la corporación.
Día 3: ¡a recorrer el bosque!
Las clases teóricas no harían parte de la jornada del miércoles 8 de mayo. Tampoco se realizaría en un salón de cuatro paredes lleno de sillas y con el aire acondicionado a toda marcha; el bosque sería el aula de clases.
Los 15 campesinos se vistieron con ropa cómoda para conocer dos proyectos exitosos de forestería comunitaria: el área potencial de productos no maderables de la finca El Cananguchal y la planta de transformación de no maderables de Agrosolidaria Florencia.
Una buseta mediana los transportó hacia la primera parada de las actividades de campo de la gira de medios de vida sostenible: una zona boscosa y húmeda ubicada en la vereda El Venado donde se podían ver decenas de palmas de canangucha.
Eladio Ortegón les abrió el portón de su finca, un terreno que compró hace 17 años con su esposa, una custodia de semillas nativas, donde siembran cacao y aprovechan sosteniblemente los frutos de esta palma.
Álvaro Ortegón, uno de los tres hijos de la pareja, les pintó en los rostros de los miembros de tres organizaciones campesinas varias figuras con achiote, una práctica ancestral de los indígenas para conectarse con la naturaleza.
Luego, Ricardo Calderón, profesional de Agrosolidaria Florencia, una comunidad integrada por productores y consumidores vinculados mediante grupos asociativos que realizan una producción agroecológica, dio una pequeña charla.
“El Cananguchal hace parte de las más de 350 familias que aprovechan productos no maderables como copoazú, cocona, sacha inchi, camu camu y cacao, los cuales transformamos en nuestra planta”.
Los participantes conocieron varios de los productos de Utai, la marca de esta iniciativa que ya es bastante conocida a nivel nacional e internacional, como aceite de sacha inchi, salsa picante de arazá y piña, ají deshidratado, mermeladas y chocolate oscuro.
El dueño de la finca, más conocido como Canangucha, lideró el recorrido por su mezcla de bosque con cacao y palmas de más de 10 metros de alto. “Amparo, mi esposa, es el corazón de este proyecto ambiental. Decidimos no tumbar el bosque para aprovecharlo adecuadamente”.
Durante más de dos horas, los 15 campesinos recorrieron gran parte de las 8,3 hectáreas de bosque de la finca, en especial las zonas de los cananguchales, además de las 5,4 hectáreas donde el protagonista indiscutible es el cultivo de cacao.
“Nuestro mayor tesoro es la canangucha”, dijo Eladio. “Es una palma de hasta 35 metros de altura apreciada por sus frutos y hojas que se utilizan en la fabricación de artesanías. En las zonas húmedas donde habitan se captura más dióxido de carbono que en cualquier otra cobertura vegetal”.
Luego de un suculento almuerzo campesino, frijoles, carne de cerdo, arroz y yuca al horno que deleitaron más que todo a los miembros paisas de Ecoserranía, la gira de medios de vida sostenibles se dirigió hacia la planta de transformación de Agrosolidaria Florencia.
En esta planta, llamada Copoazú y ubicada en la vía Charco Azul, las organizaciones conocieron algunos de los procesos que se llevan a cabo para transformar los productos no maderables en aceites, mermeladas y dulces.
El sacha inchi o maní amazónico es el gran protagonista de la planta. Esta semilla es conocida por sus altos niveles de omegas 3, 6 y 9 y por eso es un producto altamente nutritivo y beneficioso para la salud.
Otros productos que se utilizan en la planta son varios ajíes amazónicos que han sido utilizados por las comunidades indígenas del territorio, los cuales mezclan con aceite de sacha inchi para combatir los dolores articulares.
Joser Klisman Jaramillo, de Ecoserranía, quedó muy satisfecho con esta salida de campo. “Me gustó mucho la mezcla del cacao con el bosque de la finca de don Eladio. Además, conocí la canangucha, una palma que no se ve en Antioquia y es muy importante para proteger las cuencas hídricas”
María Eugenia Muñetón, de ASMUCACD, calificó esta experiencia como enriquecedora. “Esta finca demuestra que no necesitamos grandes extensiones para hacer un buen proyecto productivo. Me encantaron los postres y jugos con frutos del bosque que nos dieron”.
Diomedes Calderón, de CORDESPA, se sorprendió con todos los conocimientos de Eladio y porque tiene de todo un poquito en la finca. “Nos dijo una frase muy bonita: para enamorarse del territorio, hay que comerse el territorio”.
Al finalizar la jornada, Camilo Rodríguez, experto de la FCDS en Lineamientos de Infraestructura Verde Vial (IVV), llevó al grupo a una vía terciaria ubicada a pocos metros de la planta de transformación de Agrosolidaria Florencia, un sitio donde los impactos ambientales eran el común denominador.
“Este ejercicio nos permitió conocer sobre la importancia de tener el cuenta el tema ambiental en el desarrollo vial. La vía que visitamos presentaba muchos problemas como remoción en masa, falta de drenajes y una ausencia total de pasos para la fauna. Definitivamente en tema vial es algo que queremos fortalecer en nuestro municipio”, expresaron los campesinos de CORDESPA.
Día 4: abejas nativas y vivero
Florencia amaneció lluviosa, encapotada e incluso algo fría el jueves 9 de mayo, un clima que alcanzó a generar preocupación en los 15 participantes de la gira de capacidades en medios de vida sostenibles de la FCDS.
“Hicimos varias oraciones para que el cielo se despejara. Por nada del mundo nos queríamos perder el recorrido por una finca que trabaja la meliponicultura, el tema que más nos apasionó en los talleres teóricos”, afirmaron las mujeres de ASMUCACD.
Los ruegos fueron escuchados y la lluvia perdió su fuerza. Las organizaciones campesinas se montaron en la buseta y cogieron rumbo hacia Cerro Pinel, la finca de la Fundación Frutos de mi Tierra ubicada en la vereda Santo Domingo.
Esta fundación, creada por los esposos Luz Aidé Estrada y Jhon Jairo Molina, tiene su centro de operaciones en esta finca conformada por 43 hectáreas, de las cuales más de 30 son una reserva natural llena de bosque.
El recorrido empezó por un camino empinado y rodeado por árboles centenarios y un río de aguas diáfanas. El canto de las aves, la presencia de varias serpientes y todo tipo de semillas, deleitaron a las organizaciones campesinas.
Luego de aproximadamente una hora de caminata en medio de la naturaleza, Ary Campo, profesional de la FCDS, y Jhon Jairo Molina, les mostraron un sitio donde han rescatado varias angelitas, las abejas nativas sin aguijón más conocidas en la zona.
“En esta pared de barro, Luz Aidé y Jhon Jairo encontraron el primer nido de angelitas y me llamaron para que los ayudara a reubicarlo en una colmena y así aumentar el pie de cría. Actualmente ya cuentan con seis colmenas”, aseguró Ary.
Al llegar a la casa de la finca, ubicada en lo más alto de una montaña donde se divisa un denso bosque amazónico, los 15 campesinos de la gira quedaron maravillados con la representación de uno de los monumentos más emblemáticos del Caquetá.
“Mandamos a hacer una réplica a menor escala del monumento al Último Andaquí, una etnia indígena que habitó la cuenca alta del río Caquetá. Se dice que su último andaquí habitó en los bosques de esta reserva”, dijo Luz Aidé.
Luego de fotografiarse en el monumento que sirve como mirador, las organizaciones campesinas escucharon parte de la historia de esta fundación caqueteña dedicada al agroturismo.
“Nuestro proyecto más conocido es la cúrcuma, un tubérculo con muchos beneficios ancestrales para la salud con el que ya logramos sacar un proceso industrial de varios extractos y productos”.
Luz Aidé afirmó que su semilla de cúrcuma fue la primera en ser certificada por el ICA. “Nuestra finca también está certificada en prácticas ambientales y ahora queremos avanzar con tramitar las licencias ambientales para las abejas”.
Terminada la charla de esta empresaria verde caqueteña, las organizaciones campesinas aprendieron cómo se construyen las cajas donde son trasladadas las abejas nativas sin aguijón. Ary Campo les llevó todo el material para hacer tres cajas.
“Es un proceso bastante fácil. Solo hay que tener paciencia, encajar bien los pequeños bloques de madera y utilizar un taladro para sujetar las puntillas. Logramos construir tres cajas y Ecoserranía nos regaló la suya”, apuntaron las mujeres de ASMUCACD.
Los cinco paisas de Ecoserranía fotografiaron e hicieron videos de todo el proceso del montaje de las cajas. “No podíamos llevarnos el material porque nos esperan varios viajes por cielo y tierra. Pero con lo que grabamos, ya podemos hacer nuestras cajas”.
Campo les mostró detalladamente el interior de las seis colmenas de abejas sin aguijón que tiene Cerro Pinel. Los 15 guardianes de la selva pudieron ver algunas de las reinas y cómo las obreras protegen las piqueras para que no ingresen extraños.
“Tuvimos la oportunidad de probar la miel e incluso algunos no la aplicamos en los ojos. Aunque arde mucho al comienzo y lloré como un bebé, con el pasar de los minutos sentí bastante limpios los ojos y empecé a ver mejor”, precisó Marlon.
Finalizado el taller práctico de meliponicultura, Jose Sánchez, profesional de la FCDS, les enseñó a las tres organizaciones campesinas a manejar una aplicación de celular para el ordenamiento territorial.
“Todos la descargaron y siguieron atentamente cada uno de los pasos. A pesar de la lluvia, recorrimos varias zonas de la finca Cerro Pinel e identificamos las diferentes coberturas presentes, como los cultivos de cúrcuma y el denso bosque”.
Al finalizar la tarde, la gira de medios de vida sostenibles se trasladó al vivero comunitario y agroforestal Lirios de San José, ubicado en la vereda La Primavera y donde la FCDS adquiere el material vegetal para los proyectos de bosques productivos en el Bajo Caguán.
“Lo más bonito de este vivero, un emprendimiento que fue certificado por el ICA, es que participan familias campesinas de Cartagena del Chairá y Curillo que se han visto muy afectadas por el conflicto armado”, expresó Yisela Rodríguez de ASMUCACD.
Este vivero comunitario propaga 45 especies maderables y no maderables, de las cuales el 70% son nativas del bosque amazónico. “Ya contamos con varios clientes, como la FCDS, y les estamos generando recursos económicos a las comunidades”, dijo uno de los trabajadores.
El cansancio de esta salida de campo no evitó que las tres organizaciones conocieran Cumare, uno de los restaurantes amazónicos más conocidos en Florencia. Este emprendimiento fue creado durante la pandemia por el indígena e ingeniero agroecológico Andrés Herrera.
“Además de los jugos y pescados amazónicos, todos queríamos probar el mojojoy frito, una larva amazónica considerada como superalimento y que habita en varias palmas de la región. A mí me supo a chunchulla”, comentó Paola Orrego.
Día 5: graduación y compromisos
El viernes 10 de mayo, en horas de la mañana, la FCDS y el Fondo Noruego para los Derechos Humanos (FNDH) realizaron el cierre de la gira de fortalecimiento de capacidades en medios de vida sostenibles.
Los 15 guardianes del bosque de las tres organizaciones fueron los encargados de dar las conclusiones, recomendaciones y balance de esta experiencia, un ejercicio que buscó fortalecer los proyectos ambientales que desarrollan en sus territorios.
Durante una hora, las asociaciones se reunieron para identificar las temáticas que quieren fortalecer a través de la asesoría y aprovechamiento de los profesionales de la Fundación. Todas fueron plasmadas en cartulinas de diferentes colores.
CORDESPA escogió fortalecer tres temas: transformación de productos para garantizar la soberanía alimentaria en las fincas más allá de la comercialización a gran escala; derechos territoriales (formalización de la tierra, mecanismos y programas) e Infraestructura Verde Vial.
Edwin García aseguró que fortalecer el tema de vías verdes es fundamental para la comunidad. “Hay familias que se encuentran a seis horas de camino por trochas en mal estado. Existe una apuesta de vías terciarias que permitirá fortalecer los procesos sociales y productos sin desconocer lo ambiental”.
Meliponicultura, planificación predial y transformación de productos no maderables del bosque fueron las líneas escogidas por ASMUCACD, asociación que priorizó el rescate, elaboración de cajas tecnificadas, extracción de miel y certificación para criar abejas nativas sin aguijón.
“Aprendimos que todo lo que tenemos en nuestro entorno lo podemos utilizar sosteniblemente. Nos enamoramos de las abejitas nativas sin aguijón porque con ellas podemos consolidar un emprendimiento que no demanda tanto trabajo y además ayudamos a que sigan polinizando los bosques”, dijo Lina Pastrana.
Por su parte, la asociación Ecoserranía se fue por el lado de la meliponicultura, derechos territoriales y viveros. Quieren identificar las abejas presentes en las fincas para hacer el manejo de cajas y colmenas e iniciar un proceso de enriquecimiento del bosque con el vivero comunitario que tienen.
“La gira nos abrió la mente, en especial en el tema de las abejas. Tenemos proyectado manejar estos polinizadores para generar una economía alternativa, al igual que fortalecer la cartografía y planeación predial y consolidar nuestro vivero comunitario”, precisó Marlon Galeano.
Ecoserranía también quiere ampliar sus conocimientos sobre transformación de productos no maderables. “Tenemos frutas como el seje, pero no sabemos qué hacer con él. En este espacio conocimos nuevas ideas para aplicar el territorio”.
Lorenzo Vargas, coordinador regional de la FCDS en Caquetá, resumió las principales conclusiones de la gira. “Las tres organizaciones tienen una visión general en fortalecer los derechos territoriales, procesos de meliponicultura y transformación de productos asociados a la forestería comunitaria”.
Aseguró que la gira arrojó como resultado una hoja de ruta para fortalecer a las tres organizaciones campesinas. “Vamos a hacer un plan de trabajo para brindarles todo nuestro conocimiento y fortalecer las líneas que escogieron”.
Germán Barrera, oficial de programa del Fondo Noruego para los Derechos Humanos (FNDH), expresó que esta actividad fue un intercambio cultural y de saberes que les va a permitir a las organizaciones campesinas fortalecer los proyectos que desarrollan en sus territorios.
“Este trabajo con la fundación nos permitirá apoyar más a las iniciativas comunitarias que trabajan con el fondo y así elevar las voces de estos defensores ambientales para que sigan defendiendo sus derechos y apropiándose del territorio”.
Los 15 campesinos de las tres organizaciones recibieron un diploma por parte de la FCDS y el FNDH al finalizar la reunión. Como si se tratara de una ceremonia de grado, todos se fotografiaron con sus compañeros y nuevos amigos.
El intercambio de experiencias terminó con un compartir donde estos líderes campesinos del Meta, Antioquia y Caquetá probaron varios de los platos típicos más representativos de Florencia, como la hamburguesa de plátano y la lechona tamal.
“Todos los temas que aprendimos en esta gira fueron muy interesantes. Para mí fue hermoso conocer la Amazonia, viajar por primera vez en avión y estar con personas maravillosas que nos acogieron con mucho cariño”, manifestó Paola Orrego.
Marlon Galeano, el más conversador de la gira, concluyó que, además de todos los conocimientos técnicos adquiridos, esta experiencia le permitió evidenciar que las comunidades campesinas tienen más coincidencias que diferencias.
“Volvemos a Segovia con muchos conocimientos y nuevos amigos que también luchan hasta el cansancio por conservar los bosques. Espero verlos pronto en nuestras hermosas tierras antioqueñas”.
Forestería comunitaria en la COP16
La Conferencia de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica (COP) es el espacio de discusión y negociación más importante del Convenio sobre la Diversidad (CDB) Biológica de las Naciones Unidas.
Este año, entre el 21 de octubre y el 1 de noviembre, la ciudad de Cali será el escenario de la COP16, un encuentro donde se realizará la primera evaluación de las 23 metas del Marco Global de Biodiversidad Kunming-Montreal.
A través de programas como el de forestería comunitaria, el cual busca promover el uso sostenible de la biodiversidad, Colombia avanza en el cumplimiento de varias metas del plan de acción nacional de biodiversidad de dicho Marco.
- Meta 2: garantizar que para 2030 al menos un 30 % de las zonas de ecosistemas terrestres degradados estén siendo objeto de una restauración efectiva.
- Meta 9: proporcionar beneficios sociales, económicos y ambientales a las personas que más dependen de la biodiversidad mediante actividades, productos y servicios sostenibles basados en la biodiversidad.
- Meta 10: garantizar que las superficies dedicadas a la agricultura, acuicultura, pesca y silvicultura se gestionen de manera sostenible a través de la utilización sostenible de la diversidad biológica.
- Meta 11: restaurar, mantener y mejorar las contribuciones de la naturaleza a las personas mediante soluciones basadas en la naturaleza o enfoques basados en los ecosistemas.
- Meta 16: garantizar que se aliente y apoye a las personas para que elijan opciones de consumo sostenible.
- Meta 22: garantizar la participación y representación plena, equitativa, inclusiva, efectiva y con perspectiva de género de los pueblos indígenas y las comunidades locales en la toma de decisiones.
- Meta 23: garantizar la igualdad de género en la implementación del Marco mediante un enfoque con perspectiva de género en el cual todas las mujeres y las niñas tengan igualdad de oportunidades y capacidad para contribuir a los tres objetivos del Convenio.