Entre el 6 y el 24 de abril de 2018 un equipo de más de 35 personas de Corpoamazonia, Parques Nacionales Naturales, Universidad de la Amazonia, Universidad Javeriana, Universidad Nacional, Universidad de Ibagué, Universidad del Tolima, Amazon Conservation Team, Wildlifeation Society, WWF, Corporación Geopatrimonio, The Nature Conservancy, Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible y The Field Museum, junto con la Asociación Campesina del Núcleo 1 de Bajo Caguán, representantes de las comunidades campesinas de las veredas La Maná, Tres Troncos, Peregrino y la Pizarrra, y representantes indígenas de la Asociación de Cabildos Uitoto del Alto Río Caquetá ASCAINCA y los Resguardos Indígenas de Huitorá y Bajo Aguas Negras, con el apoyo de la Gobernación del Caquetá, GEF Corazón de la Amazonia y GIZ, realizaron el inventario social y biológico #30 bajo Caquetá y alto Caguán.
Después de meses de preparación y concertación con comunidades locales e instituciones regionales y nacionales, este grupo de científicos e investigadores locales trabajaron por casi un mes en la recopilación sistemática, de información fundamental para el manejo sostenible de este territorio ubicado en el centro de la Amazonia colombiana.
Un estudio de corta duración en un área de interés para la conservación, realizado por expertos y comunidades locales, que tiene como objetivos principales:
1) Identificar características ecológicas y geológicas.
2) Reconocer las fortalezas sociales y culturales de las comunidades que habitan el territorio.
3) Evaluar si el área estudiada tiene valores excepcionales a nivel regional o mundial.
4) Hacer recomendaciones para una mejor gestión y manejo de los recursos naturales.
5) Catalizar acciones efectivas para la conservación en regiones amenazadas con alta riqueza y singularidad biológica y cultura.
Una vez completada la fase de campo, el equipo biológico y social sintetiza sus hallazgos y elabora recomendaciones en aras de proteger el paisaje y mejorar la calidad de vida de las comunidades locales. Estas recomendaciones, al igual que los hallazgos totales de los dos equipos, se comparten con las comunidades y autoridades locales y nacionales, responsables de la toma de decisiones, para que éstas puedan ser usadas en la planificación y el desarrollo de acciones de conservación y manejo sostenible del área.
En el departamento del Caquetá, los ríos Caquetá y Caguán atraviesan la planicie enorme de selva baja ubicada entre la cordillera de Los Andes y la serranía de Chiribiquete. La región aún conserva más del 90 % de su cobertura forestal, así como importantes hábitats acuáticos. Estos bosques, quebradas y lagos forman un corredor biológico continuo de 90 km que une dos parques nacionales naturales de la Amazonia colombiana: el PNN La Paya y el PNN Serranía de Chiribiquete. La densidad poblacional de la zona es muy baja, menos de 1 persona/km2, pero la diversidad cultural es alta, gracias a la presencia de comunidades campesinas que llegaron desde 1950 y dos grandes resguardos indígenas del pueblo murui muina que habitan la región desde tiempos ancestrales.
La región del Bajo Caguán-Caquetá fue designada como una prioridad de conservación regional por Corpoamazonia, autoridad ambiental de la región amazónica sur. También está incluida en el tablero presidencial que prioriza la creación de varios millones de hectáreas de nuevas áreas protegidas. No obstante la visibilidad de la región en las agendas gubernamentales, y a pesar de los compromisos de los recién firmados Acuerdos de Paz, tres frentes de deforestación avanzan sobre la región, impulsados por la ganadería extensiva y la extracción maderera principalmente, amenazando la integridad ecológica y social del área.
Durante el inventario, las comunidades locales demostraron un fuerte compromiso con la visión de conservar el territorio; conservarlo a través de un área regional de conservación exitosa requerirá de un compromiso fuerte, inmediato y de largo plazo de parte del Estado.
Cuenca del río Caguán
Campamento El Guamo
Cuenca del río Caquetá
Campamento Orotuya
Campamento Peñas Rojas
Campamento Bajo Aguas Negras
Cuenca del río Caguán (Municipio de Cartagena del Chairá)
- Vereda Monserrate
- Vereda Santo Domingo
Cuenca del río Caquetá (Municipio de Solano)
- Resguardo Indígena Bajo Aguas Negras
- Vereda La Maná
- Resguardo Indígena Huitorá
- Vereda Peregrino
Entre el 20 y el 23 de abril los representantes de las comunidades campesinas e indígenas que participaron en el inventario se encontraron en la maloca del Resguardo de Istmina, en el municipio de Solano, para conocerse y reflexionar sobre la construcción de una visón conjunto que permita proteger este gran paisaje y mejorar sus condiciones de vida. El 24 de abril campesinos e indígenas se reunieron con representantes de gobierno para presentar su visión común.
El 24 de abril los dos equipos presentaron los resultados preliminares del inventario a 150 personas en Solano. Los días 25 y 26 de abril los equipos se reunieron en Florencia para desarrollar un análisis frente a las amenazas, fortalezas, oportunidades y recomendaciones para la conservación y el mejoramiento de la calidad de vida.
Geológicos y biológicos
- Geomorfología, estratigrafía, hidrología y suelos; vegetación y flora; peces; anfibios y reptiles; aves; mamíferos grandes y medianos.
Sociales
- Fortalezas sociales y culturales; gobernanza, demografía, economía y sistemas de manejo de los recursos naturales.
Este inventario es el primer estudio enfocado en la biodiversidad de la cuenca baja del río Caguán, llenando así un importante vacío de información en la Amazonia colombiana. Se registraron 750 especies de plantas y 686 especies de vertebrados. Se estiman 2500 especies de plantas vasculares y hasta 1114 especies de vertebrados para la región.
A nivel geológico se encontraron suelos muy susceptibles a la erosión, principalmente los que ocupan posiciones altas, suelos rojos con baja fertilidad. La zona en general se encuentra en un equilibrio inestable con tendencia a la degradación ambiental. Por tanto, se considera que la gestión del territorio se debería encaminar a cambiar los actuales sistemas productivos (actividad maderera, ganadería extensiva) por sistemas más protectores del paisaje y los suelos, como los agroforestales y agrosilvopastoriles.
Durante el trabajo de campo observaron dos tipos principales de formaciones vegetales: bosques de tierra firme y bosques de planos inundables. Los primeros ocupan más del 80% de la zona de estudio (sobre las formaciones Pebas y Caimán).
Se registró un total de 750 especies de plantas vasculares. En total se recolectaron 724 muestras botánicas y se tomaron más de 1000 fotografías de plantas vivas. Para el área de estudio se estima la presencia de unas 2500 especies de plantas.
Adicionalmente, se registraron más de 10 especies de plantas de interés especial para la conservación. La cícada Zamia sp. se encuentra en peligro de extinción y en categoría CITES. Un arbolito del género Mabea (Euphorbiaceae) y una hierba rastrera del género Coccocypselum (Rubiaceae) aparentan ser especies nuevas para la ciencia. Asimismo, los árboles Tachigali macbridei y Diospyros urep son nuevos reportes para la flora de Colombia y la hierba Costus arabicus un nuevo registro para la flora de Caquetá.
Presentación plantas
En total se registraron 150 especies. Se estima que el número de especies podría llegar alrededor de 250, lo que representa un 21 % de las especies actualmente registradas para la Amazonia colombiana y un 43 % de las registradas en la cuenca del Caquetá-Japurá. Siete de las especies registradas podrían ser nuevas para la ciencia.
Algunas de las especies son de importancia para consumo local, como los bocachicos (Prochilodus nigricans), sábalos (Brycon cephalus y B. whitei), puños (Pygocentrus y Serrasalmus), pintadillos (Pseudoplatystoma tigrinum), garopas (Myloplus y Metynnis), botellos (Crenicichla) y cuchas (Pterigoplichthys).
Presentación peces
Dos de las especies registradas son categorizadas como Vulnerables en el ámbito mundial (Chelonoidis carbonaria y Podocnemis expansa), y varias figuran en la lista de CITES (dendrobátidos, boidos, caimanes y tortugas).
Existen por lo menos siete especies de anfibios y reptiles que son consumidas por las comunidades locales (Dendropsophus spp., Leptodactylus pentadactylus, Osteocephalus spp., Caiman crocodilus, Paleosuchus spp., Chelonoidis denticulata y Podocnemis spp.), y algunas usadas en la medicina tradicional (L. pentadactylus).
Presentación anfibios y reptiles
Se registraron 385 de las 525 especies estimadas para la región del Bajo Caguán-Caquetá.
Adicionalmente, encontramos 12 especies durante los viajes por río entre los campamentos y 9 especies adicionales durante la construcción de los campamentos, para un total de 406. Aproximadamente 20 especies fuera de sus rangos conocidos y no se registró ninguna especie considerada amenazada.
Presentación aves
Se lograron registros de 62 especies —41 de mamíferos grandes y medianos y 21 de mamíferos pequeños (marsupiales, pequeños roedores y murciélagos)—.
El orden mejor representado fue Carnivora (13 especies), seguido de Primates (10) y Chiroptera (16). Se resaltan cuatro ampliaciones de rango para el Caquetá: el puerco espín (Coendou sp.), el espuelón (Dasypus kappleri), el olinguito (Bassaricyon alleni) y el oso palmero (Myrmecophaga tridactyla).
Presentación mamíferos
Más allá de su importancia biológica, esta zona tiene una alta importancia cultural; además de hacer parte del territorio ancestral de los pueblos indígenas carijona y coreguaje, gran parte de sus habitantes actuales, indígenas murui muina y colonos-campesinos, llegaron de otras partes de Colombia durante los últimos 120 años motivados por bonanzas económicas como el caucho, el tigrilleo o la extracción de madera, procesos de violencia al interior del país y procesos de colonización dirigida en los 70´s. La débil presencia del Estado y la falta de garantías para el goce efectivo de derechos fundamentales es una constante histórica. El actual proceso de paz se convierte en un símbolo de esperanza para las comunidades campesinas e indígenas que permite soñar con la preservación de este territorio y el mejoramiento de la calidad de vida de la población.
Según datos levantados durante el inventario, hoy en día habitan aproximadamente 1.967 personas ubicadas a lo largo de los ríos Caguán y Caquetá. En el río Caguán predominan familias campesinas, reunidas en 16 veredas y dos municipios. En el Caquetá predominan la población indígena huitoto murui – muina, que habitan los resguardos indígenas Huitorá y Aguas negras. También hay 5 veredas campesinas.
En general, las actividades económicas campesinas se basan en la producción agrícola de manera tradicional con cultivos de pancoger y en la ganadería extensiva, actividad que se ha convertido en pilar fundamental de la economía, ya que tiene mayor apoyo institucional en el departamento. El cultivo de la coca para la producción de pasta base de cocaína ha continuado desde la década del 80, aunque en menor escala.
Con respecto a los pueblos indígenas, las prácticas de manejo del territorio están basadas en el conocimiento tradicional heredado y adoptado de su ley de origen. El manejo del territorio se hace teniendo en cuenta los recursos naturales que proveen los bosques, ríos, caños y lagunas que garantizan su soberanía alimentaria y, a su vez, promueven la economía propia de los pueblos. Esta relación entre el conocimiento tradicional y el territorio ha permitido la pervivencia de estos pueblos y el mantenimiento de espacios naturales en buen estado de conservación.
- Bosques megadiversos en pie que cubren más del 90 % del área.
- Un corredor natural entre las comunidades de plantas, los animales terrestres y los sistemas acuáticos de dos parques amazónicos: La Paya y Serranía de Chiribiquete.
- Comunidades campesinas e indígenas con una gran diversidad social y cultural, un conocimiento profundo del territorio y arraigo territorial.
- Suelos pobres y frágiles que forman la base de comunidades biológicas ricas pero que no son aptos para usos intensivos de la agricultura o la ganadería.
- Poblaciones saludables de peces, aves y mamíferos de caza que sirven como la base de la soberanía alimentaria de las poblaciones locales.
- Veredas y resguardos indígenas que cuentan con fuertes estructuras organizativas comunitarias a nivel local y regional, así como instrumentos de planificación y gestión formulados y en implementación, con una visión clara de conservación del territorio.
- Modelos productivos diversos, con bajo impacto ambiental, y técnicas tradicionales de manejo que garantizan la soberanía alimentaria de las comunidades.
- La firma en 2016 de los Acuerdos de Paz, que permitió una mejor comunicación con estas comunidades, así como una reducción en la violencia.
- Presencia de Parques Nacionales Naturales y Resguardos Indígenas, como figuras de ordenamiento territorial que fortalecen procesos de conservación.
- El avance rápido de la deforestación, especialmente en el medio y bajo Caguán.
- Una falta de seguridad jurídica sobre la tierra y poca claridad sobre linderos.
- Una marcada desarticulación entre entidades, políticas e instrumentos del ámbito nacional, regional, local y comunitario.
- Falta de conocimiento, control y monitoreo sobre el aprovechamiento de recursos naturales en la zona.
- Una marcada incertidumbre por parte de la población local sobre la implementación de los acuerdos de paz y la posibilidad de que la región vuelva a dinámicas de guerra, aislamiento y abandono por parte del Estado.
- Realizar saneamiento predial de la región (catastro rural multipropósito).
- Crear una figura de protección, conservación y manejo de 793.640 hectáreas de carácter regional en el Bajo Caguán-Caquetá, en estrecha coordinación con la población local.
- Desarrollar un modelo de cogestión y coadministración del área entre las autoridades ambientales gubernamentales y la población local; fortalecer las capacidades de ambos para cogestionar áreas de carácter regional.
- Buscar y asegurar financiación a largo plazo para el área.
- Implementar los Acuerdos de Paz, priorizando la reforma rural integral.
El inventario se desarrolló gracias a las 25 organizaciones de orden local, regional, nacional e internacional que se unieron para sacar adelante este esfuerzo pluridisciplinario e institucional, lideradas por The Field Museum www.fieldmuseum.org y la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible, un gran trabajo en equipo.