Lugar: Bolivia
- Fecha:14 de mayo de 2019
La región amazónica colombiana ha sido, históricamente, un territorio disputado por diversos actores ilegales movidos por intereses políticos y económicos, y en muchos aspectos, un territorio olvidado por las instituciones del gobierno.
La Amazonia ha sido escenario del conflicto armado durante al menos los últimos 60 años y en el marco de la guerra, la presencia del gobierno central, se limitó en cierto sentido a implementar desde Bogotá, políticas de desarrollo económicas en el contexto del mercado extractivista, que dejó en manos de grandes empresas nacionales o multinacionales, la construcción de infraestructura, la seguridad, el ordenamiento territorial y ambiental de varias zonas de la Amazonia.
Esto en cuanto a las actividades legales. Por su parte, actores como la guerrilla y los grupos económicos ilegales (drogas y minería ilegal), se encargaron de establecer las normas sociales para comunidades locales y gobiernos regionales consolidando a su vez, las reglas de uso del territorio en función de su proyecto político y de satisfacer sus necesidades de producción, comercio y conectividad.
Así las cosas, la Amazonia colombiana se viene conformando desde múltiples frentes e intereses, sin ningún tipo de planificación integral que contempla el desarrollo social a la par de su vocación forestal y la necesidad de conservación de su riqueza natural, lo que ha causado grandes pérdidas en cuanto a biodiversidad y ecosistemas, sin mencionar los perjuicios sociales.
A partir de los diálogos de paz establecidos entre el Gobierno nacional y la guerrilla de las Farc, con el posterior desarme de la insurgencia, se hace inminente la necesidad de la presencia estatal y por lo tanto del fortalecimiento de la institucionalidad regional y sus capacidades de articulación y planificación. Ante este reto, la fundación para la Conservación y Desarrollo Sostenible – FCDS con presencia de varios años en la región, ve la oportunidad de abrir un frente común, entre instituciones gubernamentales, no gubernamentales y diversos sectores económicos, ambientales y de desarrollo en torno al megaproyecto vial marginal de la selva, un proyecto vial que, desde su concepción 20 años atrás, venía generando impactos negativos en términos sociales y ambientales.
Con los objetivos antes planteados y el propósito de conservar la zona de conectividad entre los PNN AMEM y PNN Serranía de Chiribiquete, uno de los pocos corredores biológicos existentes entre los Andes y la Amazonia, escenario del proyecto vial, se desarrollaron las siguientes estrategias:
- Intervención temprana a nivel local y regional que contemple los aspectos acumulativos y sinérgicos.
- Articulación interagencial e intersectorial.
- Garantía de la participación social.
- Revisión del marco jurídico – Restricciones del uso del suelo: aplicación de la ley.
- Corredores de conectividad como un determinante ambiental.
- Definición de corredores verdes y capilaridad.
- Socialización de la información.
El ejercicio piloto que la FCDS desarrolló en torno a la Carretera Marginal de La Selva constituye entonces, una primera aproximación para avanzar hacia la mejora de los procesos de planeación sectorial en la región amazónica, que permita a futuro garantizar tanto el desarrollo social y económico de los territorios como la conservación de los valores naturales allí existentes.
Más información en http://amazondamsnetwork.org/