- La Corporación para el Desarrollo Sustentable del Piedemonte Andino Amazónico (CORDESPA) lleva más de una década trabajando con cerca de 70 familias campesinas de Belén de los Andaquíes y San José del Fragua.
- Su objetivo es consolidar y gestionar proyectos comunitarios relacionados con temáticas como ordenamiento territorial, producción sostenible, educación ambiental, investigación y monitoreo de la biodiversidad.
- Esta organización nació cuando 12 profesionales ambientales se unieron para trabajar mancomunadamente con los campesinos en la defensa de los bosques aledaños al Parque Nacional Natural Alto Fragua Indi Wasi.
- Con el Fondo Noruego para los Derechos Humanos (FNDH), la corporación actualmente trabaja en un proyecto de gobernanza ambiental como mecanismo de protección del bosque en la cuenca del río Sarabando.
- Nueva entrega de #CrónicasDelBosque de la FCDS en la #COP16Colombia, historias de las personas que lideran proyectos de forestería comunitaria.
Edwin García tiene un acento que confunde. Aunque su voz se caracteriza por los matices de los campesinos caqueteños, es decir tonos fuertes y precisos, de vez en cuando suelta alguna palabra envuelta en una melodía paisa.
Al revelar el territorio que lo vio nacer, la confusión se incrementa. Abrió sus ojos por primera vez en Aguachica, municipio caluroso del departamento del Cesar que no hace parte de las reminiscencias de su niñez.
“Mis papás vivían en Aguachica cuando nací, pero al poco tiempo cambiaron de rumbo y se radicaron en el municipio caldense de Neira. En esas tierras paisas estuve hasta los cinco años, cuando el destino nos llevó a la Amazonia colombiana”.
En esa época, a su papá le dio por aventurarse en el Caquetá, territorio selvático donde le dijeron que podía encontrar un buen “vividero”. Según Edwin, su progenitor recorrió los 16 municipios del departamento.
“Estuvo solo como andariego durante cinco meses, mientras mi mamá, mis dos hermanos y yo esperábamos su llamada en Neira. Nos dijo que se había enamorado de Belén de los Andaquíes y todos nos fuimos para allá”.
El progenitor montó un local de electrodomésticos y venta de mercancía a crédito, negocio que al poco tiempo empezó a dar ganancias. Dejó atrás las aventuras y echó raíces en el llamado primer municipio verde de Colombia y protector del agua en Caquetá.
Edwin estudió un técnico en recursos naturales en el SENA. A los 20 años, al poco tiempo de graduarse, se casó y el destino lo convirtió en padre de un niño, algo que en ese momento no estaba en sus planes.
“En esa época no tenía claro lo que quería hacer con mi vida. Pero como me tocaba responder por mi hijo, comencé a buscar trabajo. Encontré una oferta laboral en La Plata, municipio del Huila que nunca había escuchado”.
Fue contratado como ecónomo, es decir la persona encargada de suministrar los alimentos a los presos de la cárcel del pueblo. Edwin se adaptó fácil a su nuevo trabajo y laboró sin ningún inconveniente durante seis meses.
“No seguí porque me iban a trasladar a Fusagasugá (Cundinamarca) y yo no quería estar tan lejos de mi esposa e hijo. Regresé a la tierrita, a Belén de los Andaquíes, y mis padres me ayudaron a montar un negocio de electrodomésticos que duró más de dos años”.
El mundo ambiental
Un amigo que trabajaba en el Parque Nacional Natural Alto Fragua Indi Wasi le dijo que había una convocatoria para trabajar como operario en la entidad. Edwin no lo pensó dos veces y pasó papeles.
“Lo que yo necesitaba era estabilidad laboral y económica para sacar adelante a mi familia. Aunque no tenía experiencia, sí contaba con conocimientos ambientales por el técnico del SENA; pasé la entrevista y al día siguiente empecé a trabajar en Parques Nacionales Naturales (PNN)”.
Como operario, su nuevo trabajo consistía en apoyar los sistemas sostenibles y de restauración en campo. Edwin no conocía el Alto Fragua Indi Wasi, área protegida ubicada entre los municipios de San José del Fragua y Belén de los Andaquíes.
“Los retos no me asustan y me dediqué a aprender. Seis días después de la inducción, me mandaron a georreferenciar un predio de 120 hectáreas donde comprendí lo difícil que son las actividades de campo”.
En su primer recorrido por la zona para georreferenciar los bosques, pasturas, rastrojos, quebradas y ríos, actividad en la que estuvo acompañado por varios campesinos, Edwin estuvo a punto de botar la toalla.
“Cuando me mojo siempre se me quema la zona de la entrepierna. Así me pasó en ese recorrido y pensé que si esto era lo que iba a vivir en PNN, lo mejor era renunciar. Un campesino me dio una manteca y ¡santo remedio!”.
Edwin se metió de lleno en el trabajo con los campesinos e indígenas del Alto Fragua Indi Wasi, una experiencia que le permitió conocer a fondo los procesos y líneas estratégicas del área protegida, como modelos productivos, restauración y monitoreo de la biodiversidad.
“Trabajé como operario en Parques Nacionales Naturales entre 2008 y 2012, tiempo en el que pude recorrer el territorio y empaparme con las dinámicas de las comunidades. Ahí supe que mi gran pasión era el trabajo ambiental y comunitario”.
Nueva corporación
Ayda Cristina Garzón, en ese momento jefa del Parque Nacional Natural Alto Fragua Indi Wasi, es decir su jefa, le propuso asumir un nuevo reto debido a sus capacidades con las comunidades: ascender al cargo de técnico.
“Pero me puso un compromiso: seguir estudiando para ser en el futuro un profesional del PNN. Como trabajaba de día, me matriculé en las noches en la Universidad Nacional Abierta y a Distancia (UNAD) para estudiar ingeniería ambiental”.
En 2012, Edwin se reunió con 11 amigos que también trabajaban en temas relacionados con los recursos naturales para crear juntos una organización que les permitiera formular proyectos ambientales y sociales y gestionar recursos que beneficiaran a los campesinos de la zona.
“Así le dimos vida a la Corporación para el Desarrollo Sustentable del Piedemonte Andino Amazónico (CORDESPA), una organización sin ánimo de lucro que busca aportar a la conservación, al desarrollo sostenible y a la construcción de una cultura ambiental y de paz”.
El objetivo general de los 12 socios de la corporación siempre ha sido fortalecer los procesos de ordenamiento, conservación y producción sostenible en los territorios rurales aledaños al área protegida del Alto Fragua Indi Wasi.
Edwin siguió estudiando para convertirse en ingeniero ambiental. Mientras tanto, la organización de amigos empezó a desarrollar proyectos relacionados con sistemas de producción, ordenamiento, restauración y acompañamiento técnico a las comunidades.
“La organización ambiental WWF nos apoyó para trabajar en un proyecto de ordenamiento y conservación a nivel predial y veredal en la cuenca del río San Pedro con 70 familias campesinas de San José del Fragua, iniciativa que se extendió hasta 2015”.
Dicho proyecto arrojó frutos como la reforestación de áreas degradadas, el levantamiento de la línea base para el monitoreo de la biodiversidad y la calidad del agua de la cuenca del río San Pedro y acciones de reconversión ganadera.
“Los socios de CORDESPA acordamos trabajar en líneas de trabajo como producción sostenible y desarrollo social; educación ambiental; ordenamiento territorial; investigación y monitoreo; participación ciudadana; y estrategias de mitigación y adaptación frente al cambio climático”.
En esa época, se empezó a forjar la estampa de la corporación: la planificación predial. “Buscamos contribuir al fortalecimiento y creación de nuevas capacidades en las comunidades a través de procesos como la autogestión participativa en los planes prediales”.
Proyectos, aliados y reconocimientos
Entre 2015 y 2018, la corporación formuló y buscó aliados para el financiamiento de varios proyectos en el territorio, como el de restauración ecológica y sistemas productivos sostenibles con las comunidades del Alto Fragua Indi Wasi.
También trabajó en una propuesta de ordenamiento del Distrito de Conservación de Suelos y Aguas del Caquetá (DCSAC); ejercicios de planificación predial participativa; y un estudio para aportar a los planes de vida de las comunidades indígenas nasa, embera katío e inga.
“Trabajamos en fortalecer los procesos de ordenamiento alrededor del PNN, un sitio que no es una isla aislada. CORDESPA tuvo buena acogida porque somos personas del territorio que hemos construido lazos de confianza con la comunidad”.
En 2019, cuando Edwin se graduó como ingeniero ambiental, Ayda Cristina Garzón pasó a ser directora del PNN Serranía de Chiribiquete. “Sin embargo, a la dirección de Alto Fragua Indi Wasi llegó un amigo mío que hace parte de CORDESPA y me contrataron como profesional”.
Según este costeño con alma caqueteña, en esa época arrancó un proyecto financiado por WWF para hacer acuerdos de conservación y modelos productivos sostenibles con las familias campesinas que estaban en el interior del área protegida.
“Me delegaron liderar el proyecto y así me dediqué a hacer acuerdos de restauración y modelos productivos. Aunque seguía en PNN, WWF me contrató como consultor de este proceso que duró más de dos años”.
Paralelo a su nuevo trabajo como profesional y consultor, Edwin participó en nuevos proyectos de CORDESPA, como el de soberanía alimentaria como estrategia de construcción de paz en el piedemonte amazónico.
Luego de la pandemia del coronavirus, el ingeniero ambiental se dio a conocer a nivel nacional e internacional al coordinar un proyecto de restauración y producción sostenible con modelos agroforestales, específicamente cacao, con la organización Conservación Internacional.
“Logramos gestionar 50.000 árboles para plantar en zonas del PNN Alto Fragua Indi Wasi. Esto nos permitió dar a conocer el área protegida y las directivas de Conservación Internacional me ofrecieron un trabajo de planta para coordinar un proyecto ambiental en Caquetá”.
Trabajar por lo suyo
En 2022, CORDESPA formuló un proyecto de gobernanza ambiental como mecanismo de protección del bosque en la cuenca del río Sarabando (Belén de los Andaquíes), iniciativa financiada por el Fondo Noruego para los Derechos Humanos (FNDH).
“Una empresa inglesa con la que habíamos formulado un proyecto hace dos años y que no se materializó, nos volvió a contactar. En ese momento, como teníamos recursos económicos, los socios de la corporación me dijeron que asumiera la coordinación de proyectos”.
Edwin aceptó el ofrecimiento y renunció a sus trabajos en PNN y Conservación Internacional. Enfocó su mirada en sacar adelante los trabajos en la cuenca del río Sarabando con recursos del FNDH y una nueva financiación por parte de la organización británica TreeSisters.
“Trabajamos con 61 familias campesinas que viven en cinco veredas de la cuenca en temas como planificación predial, núcleos de restauración ecológica y gobernanza ambiental. Queremos iniciar con los desarrollos productivos y el mejoramiento de las condiciones de vida”.
Este proyecto con el FNDH ha fortalecido el ordenamiento predial en las fincas de los campesinos. Por ejemplo, CORDESPA ha avanzado en temas como la cartografía social veredal, caracterización predial, diseño de plan de formación y monitoreo comunitario.
Las 176 personas que hacen parte de estas familias campesinas, 102 hombres y 74 mujeres, ya conocen las coberturas vegetales de sus fincas, como 843 hectáreas de bosques y 666 hectáreas en pasturas. También hicieron un análisis económico de las actividades productivas.
“Buscamos que la comunidad se empodere y capacite para formar líderes que se encarguen de tocar las puertas de las entidades y organizaciones de cooperación internacional. Tenemos un plan estratégico a corto, mediano y largo plazo en torno a ejes sociales ambientales y productivos”.
Con la organización británica TreeSisters, CORDESPA ha construído cinco viveros comunitarios en varias zonas de Belén de los Andaquíes, material vegetal que hace parte de los procesos de restauración y consolidación de corredores biológicos.
Según Edwin, el ordenamiento territorial siempre será la gran sombrilla de la corporación, un proceso que se apoya en la planificación predial participativa reconociendo como sujeto principal a la comunidad.
“La planificación predial es nuestro caballito de batalla. Hacemos un trabajo riguroso y por eso varias organizaciones, entidades y familias nos han contactado para que los asesoremos en esta materia. Es un modelo dinámico que fortalecemos a diario”.
Fortalecimiento de capacidades
La Corporación para el Desarrollo Sustentable del Piedemonte Andino Amazónico fue invitada a participar en la gira de fortalecimiento de capacidades en medios de vida sostenibles de la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (FCDS).
“Esta actividad hace parte de un proyecto de fortalecimiento que tiene la FCDS con el Fondo Noruego para los Derechos Humanos, organización con la que llevamos trabajando varios años en beneficio de los campesinos y recursos naturales”, dijo Edwin.
Durante una semana, en la ciudad de Florencia, CORDESPA compartió con otras dos organizaciones campesinas del Meta y Antioquia: la Asociación de Mujeres Campesinas Ambientalistas de La Cristalina del Losada por sus Derechos (ASMUCACD) y la Asociación Ecoserranía.
“Fortalecimos conocimientos sobre meliponicultura, aprovechamiento sostenible del bosque, transformación de productos no maderables, planificación predial, viveros comunitarios, derechos territoriales, Infraestructura Verde Vial y enfoque de género”, apuntó el coordinador.
Además de Edwin, en esta actividad participaron Diomedes Calderón, Fermín Tenorio, Rosendo Gómez y Jaime Cifuentes, campesinos de Belén de los Andaquíes que ahora trabajan en beneficio del bosque y los demás recursos naturales.
El objetivo de la gira era que las organizaciones campesinas identificaran las temáticas que quieren fortalecer con ayuda de la FCDS. CORDESPA escogió la transformación de productos, derechos territoriales e Infraestructura Verde Vial.
“Queremos consolidar una soberanía alimentaria con los productos de las fincas más allá de la comercialización a gran escala, además de la formalización y derecho a la tierra de las comunidades campesinas”, precisó Edwin.
Sin embargo, el tema prioritario para estos campesinos que trabajan de la mano con la corporación es la Infraestructura Verde Vial. Según el ingeniero ambiental, en la región del Alto Sarabando las vías son una de las principales dificultades que tiene la comunidad.
“Queremos consolidar gestores viales comunitarios. El tema de la biodiversidad en las vías es fundamental y por eso buscamos que la comunidad conozca todos esos elementos de la flora y fauna que no pueden verse afectados por el desarrollo”.
Edwin asegura que varias de las familias campesinas se encuentran a seis horas de camino por trochas en mal estado. “Existe una apuesta de vías terciarias que permitirá fortalecer los procesos sociales, pero no podemos desconocer el tema ambiental”.
En la gira, los cuatro campesinos de Belén de los Andaquíes aprendieron nuevas líneas de aprovechamiento sostenible que, según Edwin, pueden incluso ser más rentables que la ganadería que hacen en sus fincas.
“En el territorio, una persona que destina 50 hectáreas para tener cinco vacas ya se considera ganadera. Eso no es rentable ni sostenible para nadie, contrario a un tema como el aprovechamiento de productos maderables y no maderables”.
A Diomedes Calderón, un campesino que para llegar al casco urbano de Belén de los Andaquíes tiene que caminar más de ocho horas, la gira de la FCDS le dejó grandes aprendizajes y nuevas amistades.
“Me encantaron todos los proyectos que conocimos, como el de cacao en medio del bosque y el de abejas nativas sin aguijón. Sin embargo, una frase que dijo el dueño de una de las fincas me quedó sonando en la cabeza: para enamorarse del territorio, hay que comerse el territorio”.
Forestería comunitaria en la COP16
La Conferencia de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica (COP) es el espacio de discusión y negociación más importante del Convenio sobre la Diversidad (CDB) Biológica de las Naciones Unidas.
Este año, entre el 21 de octubre y el 1 de noviembre, la ciudad de Cali será el escenario de la COP16, un encuentro donde se realizará la primera evaluación de las 23 metas del Marco Global de Biodiversidad Kunming-Montreal.
A través de programas como el de forestería comunitaria, el cual busca promover el uso sostenible de la biodiversidad, Colombia avanza en el cumplimiento de varias metas del plan de acción nacional de biodiversidad de dicho Marco.
- Meta 2: garantizar que para 2030 al menos un 30 % de las zonas de ecosistemas terrestres degradados estén siendo objeto de una restauración efectiva.
- Meta 9: proporcionar beneficios sociales, económicos y ambientales a las personas que más dependen de la biodiversidad mediante actividades, productos y servicios sostenibles basados en la biodiversidad.
- Meta 10: garantizar que las superficies dedicadas a la agricultura, acuicultura, pesca y silvicultura se gestionen de manera sostenible a través de la utilización sostenible de la diversidad biológica.
- Meta 11: restaurar, mantener y mejorar las contribuciones de la naturaleza a las personas mediante soluciones basadas en la naturaleza o enfoques basados en los ecosistemas.
- Meta 16: garantizar que se aliente y apoye a las personas para que elijan opciones de consumo sostenible.
- Meta 22: garantizar la participación y representación plena, equitativa, inclusiva, efectiva y con perspectiva de género de los pueblos indígenas y las comunidades locales en la toma de decisiones.
- Meta 23: garantizar la igualdad de género en la implementación del Marco mediante un enfoque con perspectiva de género en el cual todas las mujeres y las niñas tengan igualdad de oportunidades y capacidad para contribuir a los tres objetivos del Convenio.