- El programa de forestería comunitaria de la Fundación y Conservación para el Desarrollo Sostenible (FCDS) en Guaviare y Caquetá fue catalogado como uno de los impulsos a economías lícitas en zonas de desconcentración de coca.
- Así lo señala la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) en el informe de monitoreo de los territorios con presencia de cultivos de coca en Colombia durante 2022.
- “Entre los diferentes esfuerzos en esta región está la estrategia ambiental para la promoción de la forestería comunitaria, el ecoturismo, los sistemas agroforestales y la transformación de productos que acompaña la FCDS”, dice el informe.
La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) resaltó en su último informe de monitoreo de territorios con presencia de coca en Colombia durante 2022 el programa de forestería que la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (FCDS) realiza desde hace siete años en varias zonas de Guaviare y Caquetá.
“Entre los diferentes esfuerzos en esta región por parte del sector público, privado y de ONG se resalta, por ejemplo, la estrategia ambiental para la promoción de la forestería comunitaria, ecoturismo, sistemas agroforestales y transformación de productos que acompaña la FCDS”, dice el informe.
Si bien la UNODC prendió las alarmas por el incremento de cultivos de coca en Colombia, en el informe también destacó los esfuerzos comunitarios e institucionales llevados a cabo en los territorios de desconcentración de la coca, donde solo existe ahora el 4% de los cultivos.
Puede leer: Conozca los senderos para pajarear en San José del Guaviare
“Meta, Guaviare y Caquetá son desde el 2013 territorios donde los cultivos de coca se han desconcentrado gradualmente. Aunque persiste la presencia de grupos al margen de la ley y cultivos ilícitos, las comunidades han concentrado sus esfuerzos en abandonar la coca como fuente central de la economía para así incursionar en emprendimientos legales”, dice el último informe de UNODC presentado hace algunos días.
También destacó la estrategia “Turismo para una cultura de paz” impulsada por el Gobierno Nacional en Guaviare y los resultados obtenidos por “Remando por la Paz”, un equipo de rafting conformado por excombatientes de las FARC en Caquetá.
Nuevas oportunidades
El programa de forestería comunitaria de la FCDS (apoyado por el gobierno de Noruega y el programa Amazonia Mia) tiene su accionar en tres zonas del bioma amazónico: el corregimiento de El Capricho en San José del Guaviare; el núcleo 1 del Bajo Caguán en Cartagena de Chairá y Solano, y el municipio de Calamar en Guaviare.
La fundación trabaja en la identificación de áreas con alta deforestación y conflictividad socioambiental, para que las familias aprovechen los productos maderables y no maderables del bosque a partir de su potencial. Adicionalmente, trabaja en la creación de proyectos de uso sostenible del bosque en las fincas campesinas, complementariamente al esfuerzo por la formalización de la propiedad y los derechos de uso del bosque.
“El objetivo de este programa es que las comunidades generen conocimientos para lograr beneficios económicos manteniendo el bosque en pie y que el uso sostenible sea una forma de conservación. La tenencia de la Tierra, consolida este concepto integral de forestería”, aseguró Rodrigo Botero, director de la FCDS.
Actualmente, 515 familias están vinculadas al programa y han consolidado 377 iniciativas de bosques productivos: 189 en Guaviare y 188 en Caquetá. El 35% de los proyectos comunitarios son liderados por mujeres.
Los corredores productivos consolidados por las comunidades, franjas conformadas por especies maderables, forrajeras, frutales y productos de pancoger que conectan los relictos de bosque, ya suman más de 89 kilómetros.
“Cuatro viveros comunitarios en El Capricho (Guaviare) cuentan con el registro del ICA. Elaboramos un plan de manejo y aprovechamiento forestal de seje y asaí, documento que está en evaluación de la CDA, y consolidamos la empresa comunitaria Coomagua”, informó Botero.
“Durante décadas, las comunidades de estos departamentos vivieron de la coca y en medio del conflicto armado. Ahora, son cada vez más los campesinos que quieren vivir del bosque en pie a través de proyectos como corredores productivos, enriquecimiento de bosques y sistemas agroforestales y con sus derechos reconocidos. Incide la expectativa de que se trabaja en este concepto de forestería que incluye los derechos sobre la tierra y el manejo del bosque , puntualizó Botero.
El país y los cultivos de coca
Según el informe de monitoreo de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, en 2022 el país registró un área neta con cultivos de coca de 230.000 hectáreas, un 13% que la registrada en 2021 (204.000 hectáreas). La regiómás afectada fue Putumayo-Caquetá, con un incremento del 68%.
La producción potencial de clorhidrato de cocaína subió un 24%, al igual que la de hoja de coca fresca. “Por segundo año consecutivo, el cultivo de coca alcanzó un máximo histórico en Colombia”.
La UNODC aseguró que continúa la tendencia al aumento de producción potencial de cocaína como resultado de más hectáreas sembradas con coca, lotes en edades más productivas y ubicados en zonas con mayores productividades.
“185 municipios de los 1.122 existentes, tienen presencia de cultivos de coca, cuatro más que en el 2021. En 2022, el 88% de la coca se concentró en zonas permanentemente afectadas”, revela el informe.