Originalmente el 90% del territorio nacional era bosque, actualmente cubre el 52% del país. Ya se ha talado demasiado. Sin embargo, muchas personas entre ellos empresarios, colonos ven tumbar el bosque cómo “limpiar” la tierra pues para ellos este ecosistema es un obstáculo para el desarrollo económico.
Esta manera de entender en parte se da por el desconocimiento que hay acerca de los bosques, de sus propiedades, de sus beneficios de los cuáles es posible establecer ideas de negocio y así obtener una nueva generación de recursos con el valor agregado de no destruir árboles, al contrario, mantenerlos en pie.
Allí es donde la forestería comunitaria aparece como una herramienta para identificar el bosque y así detectar aquellos productos no maderables tales como frutos, flores, cortezas, que se pueden comerciar. Ejemplo de esto son más de 200 familias de Caquetá y Guaviare que trabajan con asaí, camu camu, seje, copoazú y más productos propios del bosque que transforman y venden a la vez que conservan 47.000 hectáreas de bosque, pues de allí proviene su sustento.
El proyecto Unido por los Bosques en apoyo de la Embajada de Reino Unido a través de esta animación insta a las comunidades que viven cerca del bosque a conocer su entorno y aprovecharlo a la vez que protegen el bosque y a los consumidores a apoyar este tipo de iniciativas que además de generar nuevas economías promueven el cuidado del medio ambiente.