En un momento donde las cifras de reducción de la deforestación generan entusiasmo, se debe evaluar serenamente cuánto corresponde a los avances en la implementación de programas y proyectos de cooperación y cuánto es consecuencia de estrategias que conducen a negociaciones de paz.
Un ejemplo de ello es el resultado del seguimiento a la deforestación que, en el corregimiento de El Capricho, en San José del Guaviare, fue de 1.709 hectáreas, lo cual representó una reducción del 40% en comparación con la pérdida boscosa reportada entre abril de 2021 y marzo de 2022. Esta gran noticia puede derivarse de un proceso más sostenible, atribuible a acciones como la forestería comunitaria.
Este modelo, que busca que las comunidades vivan del bosque en pie, está siendo desarrollado por la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (FCDS), en tres núcleos de trabajo distribuidos en los municipios San José del Guaviare y de Calamar, en compañía del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, la Gobernación del Guaviare, la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Norte y el Oriente Amazónico (CDA) y las Juntas de Acción Comunal, entre los principales actores que se cuentan en el territorio. La financiación es impulsada por la Iniciativa Internacional de Clima y Bosque de Noruega (NICFI) y el Programa Amazonia Mía.
Esta circunstancia ha permitido que cerca de 364 familias, que viven cerca de zonas de importancia ambiental, como el Parque Nacional Natural Serranía de Chiribiquete y la Reserva Forestal Protectora de La Lindosa se hayan unido a la iniciativa.
Estas familias que están en diferentes momentos de desarrollo del programa, ya muestran resultados: la red de ocho viveros comunitarios, de los cuales cuatro ya cuentan con el registro del ICA; la constitución y consolidación de la empresa comunitaria COOMAGUA, a la cual se apoyó con la formulación del plan de manejo y de aprovechamiento forestal de seje y asaí que fue aprobado por la CDA recientemente y más de 200 usuarios presentaron y se encuentran ejecutando proyectos de iniciativas de bosques productivos que les permiten fortalecer sus planes prediales y la sostenibilidad de sus fincas.
Paralelamente, se trabaja para que en el país se desarrollen los Lineamientos de Infraestructura Verde Vial, para ello se fortalecieron grupos de gestores comunitarios, capaces de identificar la construcción de carreteras apropiada para su territorio y hacer los monitoreos de especies, de modo que se garantice la circulación de todos los seres vivos. Esto hace que los habitantes del bosque amazónico en el Guaviare piensen los proyectos viales desde su etapa de planeación hasta su funcionamiento.
Este trabajo en el Guaviare ejemplifica cómo un enfoque comunitario es capaz de generar resultados positivos en la conservación de una manera sostenida, donde el compromiso principal está en las familias que manejan el territorio. La valoración del bosque, los procesos de restauración y el fortalecimiento de la infraestructura verde no solo benefician al entorno natural, sino que también ofrecen una perspectiva esperanzadora para las comunidades locales, que pueden ver en estas iniciativas una oportunidad para un futuro más sostenible y equilibrado en la región.
La importancia del Guaviare
El Guaviare, ubicado al suroriente colombiano, es el departamento en el que se encuentran la Reserva Natural Nukak y parte del Parque Nacional Natural Serranía de Chiribiquete (Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO). Se considera una región estratégica del país, debido a que sus espacios naturales conectan los ecosistemas de la Amazonia, la Orinoquia y los Andes.
Este territorio, es desafiado por diferentes conflictos socio-ambientales, causados por la falta de tejido social y comunitario que tiene como principal escenario la violencia, en la que ha estado inmersa la región desde el siglo pasado. Un contexto muy desfavorable que también ha tenido como víctima los hábitats de distintas especies, repercutiendo en más problemas para las comunidades.
Las iniciativas adelantadas en el departamento, tienen como objetivo entender los conflictos socioambientales que amenazan los recursos naturales y asociado a ello el bienestar de las comunidades que viven en esta región; estos conflictos que se reflejan en la deforestación, el aumento de la infraestructura vial en áreas de protección ambiental, la apropiación de tierras, la ganadería extensiva, la contaminación, el deterioro de los suelos y del agua, entre otras, requiere de soluciones diversas en la que se escucha e involucra a los actores de todos los niveles.
Es justamente este contexto, el que llama a fomentar la gobernanza ambiental y fortalecer las capacidades técnicas de las comunidades y las instituciones locales. Para esto la FCDS, actúa en el territorio ejecutando programas, proyectos y actividades, que buscan conservar los atributos ecosistémicos, fortalecer los vínculos culturales con el territorio, mejorar la gestión y capacidades institucionales, consolidar la planeación social del territorio y promover la recuperación del daño ambiental.
Siendo el Guaviare un territorio que tiene un papel fundamental en la conectividad de ecosistemas de alta sensibilidad y suma importancia para Colombia y el continente, requiere de un compromiso específico de la familia campesina que conserva y maneja caños y bosque.
Así como de las entidades regionales que deben propender por el cumplimiento del ordenamiento social y ambiental; de las organizaciones de cooperación que trabajan en fortalecer la gobernanza ambiental.
Así como de toda la institucionalidad que debe generar, fortalecer y cumplir con el marco político y normativo que se requiere para favorecer toda la transformación hacia la sostenibilidad y claro, de usted que lee este escrito y toma decisiones en cómo relacionarse con el medio ambiente y cuánto promover el conocimiento de estos temas.
En última instancia, el Guaviare representa no sólo un desafío, sino también una oportunidad para preservar la riqueza natural y cultural de Colombia, asegurando una construcción de paz y desarrollo sostenible para las comunidades actuales y un futuro más próspero y de seguridad ambiental para las generaciones futuras.
Por: Angélica Rojas Moncada, coordinadora Regional Guaviare de la FCDS
Cuenta con más de 23 años de experiencia en temas relacionados con el desarrollo sostenible en la Amazonía, particularmente en el Guaviare, trabajando en la definición, formulación, gestión y ejecución de planes, programas y proyectos de los sectores de planeación, ordenamiento territorial, desarrollo sostenible, ambiental y agropecuario. Ha trabajado con diversas instituciones y organizaciones en la coordinación de este tipo de programas.
Actualmente se desempeña como Coordinadora regional de la Fundación para la Conservación y Desarrollo sostenible FCDS, apoyando la articulación institucional y comunitaria para el acompañamiento de la revisión de los planes e instrumentos de planeación y ordenamiento territorial y sectorial.